sábado, 4 de marzo de 2017


Sobre el recientemente sonado abuso sexual en la Javeriana 


La tormenta en silencio 

 

Juanita Díaz, egresada de Artes Visuales de la Javeriana, ha decidido asumir de frente el episodio de abuso sexual que soportó en las instalaciones de la Universidad hace algunos años. Su ejemplo ha ayudado a muchas a dar un paso adelante.  
Por: Alejandro Moreno 
Durante el primer semestre de 2015, frente a la entrada del auditorio Alejandro Novoa, sobre la carrera Séptima, Juanita Díaz, entonces estudiante, llevaba a cabo un performance admirable: todos los jueves a la una de la tarde un altavoz reproducía una pista mientras Juanita cantaba Despegas, una canción compuesta por ella misma en rechazo al abuso sexual del que había sido víctima cuatro años atrás en las instalaciones de la Universidad. Ni el día de la semana, ni la hora de la presentación eran una casualidad. La agresión contra Juanita ocurrió un jueves, a la misma hora en la que túnel de la Universidad se hace una senda insufrible y sofocante, que contrasta con la soledad de los antiguos laboratorios de fotografía—a unos pocos pasos del túnel, en los sótanos del auditorio—, donde Juanita quedó atrapada con su agresor.  
Los sucesos han sido ampliamente difundidos en otros medios y en redes sociales. El caso de Juanita se sumó a otros dos que habían sido reportados a las autoridades de la Universidad y que señalaban a Sebastián Guzmán, el presunto agresor (aún no lo han condenado), como acosador de sus compañeras de carrera, a quienes insistentemente pedía posar desnudas para un supuesto trabajo artístico al que se dedicaba, por más de que todas lo rechazaban. 
En su momento Juanita calló. Su más inmediata reacción, además del silencio, fue terminar sin mayor explicación la relación sentimental con su novio, el resto lo reprimió. Olvidó el suceso e incluso el nombre y el rostro del agresor. Pero la ansiedad y el miedo se tradujeron en otras formas. Buscó irse de la Universidad e incluso del país, pero por «cosas de la vida», dice ella, nada de eso fue posible. Odiaba su carrera y aún más la fotografía. Odiaba su vida.  
Pero el silencio estalló el día en que Juanita entró a un salón de clases y se reencontró con Guzmán. El miedo y el asco salieron a flote con una fuerza insospechada. Las dolorosas consecuencias de esta revelación la hicieron buscar ayuda rápidamente. Habló primero con su familia, y luego con la Universidad. Sin un protocolo adecuado, la Javeriana le propuso un acompañante y le ofreció la oficina de la Vicerrectoría como resguardo para cuando se sintiera mal. Procedieron a la expulsión de Guzmán, aunque Juanita se enteró de esto meses después, por medio de su abogado.  
En el arte y la música Juanita encontró un apoyo para salir adelante. Pero ni esto, ni el deporte, ni la ayuda profesional la ayudaron tanto como un curso de liderazgo que a partir del coaching ontológico y de la programación neurolingüística le devolvieron la capacidad para volver a abrazar, a dormir y a confiar en los hombres y en sí misma. Fue ahí donde nació la idea de Despegas, despegar desde la unión y el amor propio.  
Al momento de elegir su trabajo de grado, Juanita decidió hablar desde su experiencia propia. I de Insistencia fue el nombre de su proyecto, pues asociaba esa letra con las vilezas del prefijo i, de irrespeto o injusticia, al que decidió darle la vuelta y valerse de palabras como invencible y por supuesto, insistencia, para hacer llegar su mensaje. Despegas fue su himno y el de muchas mujeres en condiciones similares que acudieron a ella por la visibilidad de su acción. Ahora Juanita busca hacer de I de Insistencia una fundación para mujeres víctimas de abuso sexual. Actualmente, sin ningún patrocinio, las asesora en temas jurídicos, les brinda talleres de arte y lúdica y las remite al curso de liderazgo que le fue de tanta ayuda. 
Mientras tanto, su proceso penal—que estuvo a punto de ser archivado por falta de pruebas en la etapa de indagación— avanza con paso firme, y después de un cambio administrativo en la dirección jurídica de la Universidad y en la decanatura de la Facultad de Artes, cuenta con pleno respaldo de la Javeriana para que su caso, al que se han sumado los testimonios de otras víctimas, no quede en la impunidad. A su vez, de la mano del colectivo de género Polifonía, ha venido trabajando con distintos miembros de la comunidad estudiantil para que se apruebe un protocolo eficaz para la atención de estos eventos, en oposición a la incompetente asistencia que se le brindó a Juanita, y a un improvisado protocolo que la Universidad presentó ante la presión de los últimos meses. 
Los invitamos a que escuchen ademas esta canción: https://www.youtube.com/watch?v=NuzTURoVGbk Despegas.

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