Foro Javeriano - Periodismo universitario

Que tiemblen los corruptos 

La estrategia de la Fiscalía

Desde el día de su posesión como Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, ha enfilado su gestión a darle golpes contundentes a las manzanas podridas de la corrupción de nuestro país. ¿Cuáles son sus posibles retos? Análisis de FORO JAVERIANO.  

Autor: Juan Manuel Suárez M.  

Los escándalos, acusaciones y denuncias por corrupción a lo largo y ancho del territorio nacional han sido el pan de cada día en este comienzo del 2017. Tan graves han sido los destapes que se han ventilado, que no ha existido espacio alguno en la parrilla de los noticieros que se dedique al histórico fin de las FARC y al papelón del Gobierno Nacional, con respecto a las zonas de pre-agrupamiento de las tropas de esta guerrilla. 

La Fiscalía General de la Nación a cargo del Dr. Martínez ha tomado la posición de atacar la corrupción en todos los niveles de la sociedad. Desde el alto Gobierno Nacional hasta las esferas más arraigadas de la política regional y local del país. Para atacar el flagelo de la corrupción en el país, la Fiscalía ha puesto en marcha el Plan Bolsillos de Cristal a lo largo y ancho del territorio nacional. En virtud de este camino que ha seguido esta institución, ha sido posible contarle a la opinión pública diferentes investigaciones que pueden llegar a resultar en condenas por el mal manejo de los recursos públicos.  

Ejemplo de lo anterior han sido los casos de vergonzante corrupción que se han ventilado en departamentos como la Guajira. En aquella ocasión cayeron bajo la lupa del ente investigador varios mandatarios y exmandatarios del departamento, entre ellos dos exgobernadores y el alcalde de Riohacha. El caso de la Guajira es de los más preocupantes para la Fiscalía, ya que el detrimento patrimonial se ha presentado en todos los ámbitos de la contratación pública del departamento. En repetidas ocasiones, los fiscales de turno han demostrado su ambición y decisión por llegar al fondo del asunto para que los responsables paguen.  

En repetidas ocasiones ha dicho el Fiscal General de la Nación que lo más riesgoso del cáncer de la corrupción que aqueja a Colombia es la destrucción de la confianza en las entidades y corporaciones públicas. Esta falta de confianza en las instituciones públicas del Estado colombiano ha generado daños profundos al modelo democrático colombiano.  

Según Martínez, es problemático que tanto los cargos de la Administración como los de las Corporaciones Públicas se encuentren ocupados en la actualidad por pillos que buscan únicamente el lucro personal y no el desarrollo del servicio público. Con este tipo de personajes al frente del servicio público, no se privilegia de ninguna manera el debate ideológico y político en el ámbito democrático, ya que aquellos únicamente acceden a estos cargos públicos con el fin de privilegiar sus intereses personales.  

En cuanto a esta lucha anticorrupción que se encuentra lidiando el Fiscal Martínez es posible encontrar tres puntos fundamentales, los cuales ciertamente ayudarán con su idea de erradicar de Colombia el mal de la corrupción.  

En primer lugar, la Fiscalía al mando del nuevo Fiscal ha sido muy reservada a la hora de divulgar los escándalos. Quiere decir lo anterior que, en algunas ocasiones, ha preferido esperar un tiempo prudencial antes de ventilar a los medios lo que apenas está entrando en una primera fase de investigación. Esto, con el fin de proteger sus mismos intereses en cuanto a la acumulación y recolección de material probatorio, y por supuesto para evitar futuros “reversazos” frente a las decisiones tomadas.  

Las salidas en falso de la Fiscalía fueron pan de cada día durante la gestión del Doctor Eduardo Montealegre. Éstas no hicieron sino causarle daño a la imagen de la institución y naturalmente le hizo perder legitimidad a muchas de sus decisiones. Martínez sabe que para luchar contra la corrupción en las más altas esferas de la política nacional se necesita de una gran espalda para poder enfrentarse a las fuertes maquinarias políticas del país. No es un secreto para nadie que una de las calidades de las que más goza el nuevo Fiscal, es la aceptación y el respeto público; el cual no querrá perder jamás porque sabe que el mismo puede jugar una gran importancia en la lucha que pretende adelantar.  

Por otro lado, es posible identificar que la Fiscalía ha privilegiado los preacuerdos y la utilización del principio de oportunidad en los procesos por corrupción.  Esto, con el fin de obtener por parte de los procesados información que permita dar con el verdadero fondo del problema de la corrupción en Colombia. Esta estrategia de privilegiar la colaboración con la justicia sobre las largas penas en establecimientos carcelarios, permitirá en el largo plazo a la Fiscalía simplificar su labor investigativa ya que las prácticas corruptas podrán ser identificadas más fácilmente.  

Además, siguiendo con esta movida de privilegiar la colaboración con la justicia, se ha seguido un modelo muy estadounidense de aceptar el preacuerdo siempre y cuando se realice la devolución de los recursos obtenidos ilegalmente. Al hacer que los procesados devuelvan los dineros obtenidos de la corrupción, se logra eliminar la práctica de muchos corruptos de ir a la cárcel por unos pocos años para luego disfrutar el dinero que maliciosamente habían desfalcado.  

En último lugar, es dable mencionar la intención de aumentar el personal especializado y capacitado de la Fiscalía para la investigación y la acusación de los responsables de los más indignantes escándalos de corrupción de los últimos años. Con el fin de aumentar la especialización y la capacitación de los trabajadores de la Fiscalía, se ha puesto en marcha además una estrategia que busca la cooperación internacional con los colaboradores de la justicia de otros países. Ejemplo de esta cooperación internacional, es, por supuesto, la excelente coordinación que se ha venido gestando entre la Fiscalía brasileña, el Departamento de Justicia estadounidense y la Fiscalía colombiana, para dar con quienes recibieron sobornos en Colombia por parte de Odebrecht.  

A modo de cierre, me parece fundamental apreciar la puesta en marcha del Plan Bolsillos de Cristal por parte de la Fiscalía General de la Nación. Con estrategias como esta, será posible lograr que Colombia reduzca las prácticas corruptas que se gestan en todos los niveles sociales. Los colombianos están hastiados de este tipo de prácticas por parte del establecimiento. No es para nada bueno que las dos campañas presidenciales que alcanzaron la segunda vuelta en las pasadas elecciones del 2014, se encuentren investigadas por la posible financiación de la desprestigiada compañía brasileña de infraestructura Odebrecht.  

Es a partir de la implementación de políticas y planes –como los que está poniendo en marcha el Fiscal Martínez– que se podrá atacar certeramente la corrupción en Colombia. Esperemos que se cumpla la promesa del nuevo Fiscal de obtener resultados positivos en esta necesaria lucha en las próximas semanas y que de una vez por todas empiecen a temblar los corruptos en Colombia.