Autores: Camilo Gaviria – IX
Semestre y Andrés Charria – Profesor de Derecho Laboral Deportivo.
Siempre
se ha creído que el Derecho es una disciplina cerrada, seria, que los grandes
abogados solo entienden de contratos, laudos y códigos, o al menos eso nos
hacen creer. No se podría pensar que un fallo de la Corte Suprema tenga una
frase de un cantante famoso, eso está fuera de toda posibilidad. Esto no es
cierto, hay abogados magos, pintores y excelentes deportistas.
Pensando
en esto me desperté con la noticia del Nobel de Literatura a Bob Dylan. Resulta
extraño que un músico popular esté reunido con Thomas Mann, Jacinto Benavente o
Winston Churchill. La Academia Sueca indicó que la razón para otorgarle tan
grande premio a Dylan fue "haber creado nuevas expresiones poéticas dentro
de la gran tradición de la canción estadounidense" y es comparado con
grandes poetas griegos como Homero o Safo.
Sin
embargo, esto es una revista jurídica y tenemos que hablar de Dylan y el Derecho.
Como profesor he escarbado (investigar sería algo muy pretencioso) en internet
y me he dado cuenta que este bardo ha servido para sustentar fallos importantes
en las altas cortes norteamericanas.
Es
lógico, los jueces son seres humanos que leen derecho pero también literatura y
oyen música. Por su parte, la música es la representación algo poética de lo
que rodea al autor; nuestros grandes e históricos autores vallenatos nos han
contado historias, de la Costa, de mujeres, de robos y testamentos. Son estas
historias parecidas a las de un juzgado. Dylan es un narrador de historias de
la vida real, al igual que una sentencia que empieza con un relato de una
historia.
Tal ha
sido el impacto de Dylan en el Derecho que varias universidades norteamericanas
hacen conferencias, y me parece haber visto alguna materia electiva en un
campus norteamericano. La Facultad de Derecho de la universidad jesuita de
Nueva York, Fordham Law School, hizo hace un tiempo una conferencia de dos días
con dos profesores de Derecho, un historiador de Dylan, un disc jockey y un guitarrista titulada “Bob Dylan and the Law”. Se habló de derechos, de música y por su
puesto de Dylan con un enfoque particular y deliciosamente multidisciplinario.
Miremos
algunos temas:
En Los Angeles Unified School District v.
Superior Court (Corte de apelaciones de California, 2014) Para los
testimonios redundantes de expertos que nada nuevo dicen en cuestiones que están
integradas en el conocimiento y la experiencia común, citan a Dylan: "No
es ser meteorólogo para saber en qué dirección sopla el viento." De la
canción Subterranean Homesick Blues.
En el
mismo fallo aparece una frase famosísima de Dylan “… senadores, congresistas,
por favor, escuchen el llamado, no se paren en la puerta, no bloqueen el
pasillo, porque el que se lastima es el que se ha estancado…”
The Times They Are A-changin.
El famoso juez Scalia,
reconocido por su conservadurismo e ícono intelectual de la derecha
estadounidense, frente
a los acusados de cometer un
delito de acoso sexual mediante mensajes de texto que estaban empeñados en
blindar su defensa parapetándose en la vertiginosa evolución de las nuevas
tecnologías. Cansado de disculpas, les espetó: “'Los tiempos están cambiando'... es una débil excusa para la indiferencia
del deber”, como dice la letra de The
times they Are a-changin.
También
en un caso que resolvía una disputa
entre compañías de teléfonos públicos y operadores de larga distancia, donde a
una de las empresas le adeudaban una suma considerable que ya daba por perdida,
el presidente del Tribunal Supremo incluyó los versos: "Cuando no tienes
nada, no tienes nada que perder". De la canción Like a Rolling Stone.
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