sábado, 29 de octubre de 2016

El Feminismo y Hilary Clinton


 ¿Quién gana realmente con H. Clinton de presidenta de EE. UU.?




Cuando las elecciones presidenciales de Estados Unidos se acercan, surgen diferentes interrogantes sobre el futuro del cargo más importante del mundo. Uno de estos es, ¿Quiénes serán los mayores ganadores con la victoria de alguno de los candidatos?

Autor: Juan David Romero

Con las elecciones acercándose cada vez más y con la ex Secretaria de Estado liderando las encuestas nacionales, los libros de historia se están empezando a escribir. La controvertida, pero querida por muchos sectores, ex Secretaria de Estado Hillary Clinton se encuentra cerca de ser la primera Presidente de los Estados Unidos en lo que parece un hecho que no se hubiera visto como posible hace unos años. Estaríamos presenciando cómo una mujer que lleva más de 30 años en el servicio público, se convierte en la mujer más poderosa del mundo. Es por eso que ante esta situación, diferentes sectores de la opinión pública han traído la pregunta sobre quién es el verdadero sector ganador de una posible victoria de Clinton. Si es el sector del feminismo, que después de tanta lucha por la igualdad van a tener a su sector representando por la mujer más poderosa del mundo o si será el caso en donde esta victoria no refleje realmente la victoria del feminismo en el mundo; y sea Clinton la representación de una victoria de la clase política tradicional, en donde a pesar de llegar a tener en la cabeza a una mujer – lo cual es un hecho que sin duda pasará a los libros de historia, pero sin un significado de cambio en la política mundial por ser Clinton la expresión real de la clase política tradicional de los Estados Unidos, conformada por los partidos tradicionales y los grupos económicos –.  

La duda surge al ver a Clinton en lo que lleva de la campaña haciendo énfasis en que es la “primera mujer candidata del Partido Demócrata” y que este hecho hace que sea incomprensible verla a ella como una candidata que representa lo que es la clase política tradicional en Estados Unidos. O, como se conoce comúnmente, como parte del “establishment”, explicando que lo único que trae su candidatura es un cambio en la forma que se ve y se hace la política mundial. ¿Pero realmente traerá su candidatura un cambio en lo que conocemos hasta hoy como política americana? En contra de todo lo que dice la opinión pública, su trayectoria en la política, la forma de hacer campaña y la manera de cómo el pueblo americano la ve, hace que Clinton sea una candidata que aunque esté quedando en la historia, no sea más que cualquier candidato que haya quedado de Presidente a excepción de Barack Obama.

Estas elecciones han sido unas de las más particulares que ha habido en la historia de ese país, en donde han habido candidatos que por un lado representen una nueva idea de “socialismo democrático” como fue Bernie Sanders; o, por otro lado, candidatos que simplemente han revolucionado la forma de hacer política y conseguir votos como lo es Donald Trump. Pero cuando uno ve la campaña de Clinton, con lo único que se encuentra el electorado es con una campaña basada en estrategia política tradicional, que aunque trate constantemente de separarse de las relaciones con el establishment y con los grupos económicos, nunca logra hacerlo llevar efectivo. Relaciones que han llevado a la campaña de Clinton a tener más dificultades que ventajas, pues los candidatos antes mencionados, aunque tengan ideales muy diferentes, enfocaron gran parte de su campaña en resaltar esa relación que tiene Clinton con la política tradicional. Por más de que Clinton y su campaña se esfuerce en crearle una imagen de  primer mujer candidata”, el mismo pueblo americano se rehúsa a dejarla de ver como la “candidata de Obama, la ex Secretaria de Estado y la ex Primera Dama” que hace inevitablemente y muy difícil que no haga parte de la política tradicional americana.

A Hillary Clinton se le reconoce que es una mujer que tiene mano firme y tiene lo que se necesita para que las cosas se hagan. Esto es algo indiscutible que ha hecho que se haya ganado votos de sectores de la población que nunca vieron como posibilidad tener una mujer de presidente del país; pero igualmente es algo que termina resaltando sus fuertes vínculos a lo largo de su carrera política con el establishment. En especial aquellos grupos económicos donantes de su fundación.  Para el mundo contemporáneo, es bueno que una mujer sea la heredera del cargo más poderoso del mundo porque sería ver igualdad en su máxima expresión. Eso sí, hay que tener claro que esta victoria puede no ser la victoria de los sectores que buscan igualdad, sino de los mismos de siempre al mando.


CRÉDITOS FOTO: nbcnews.com

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