De Pokémon Go y otras adicciones
El éxito del juego
basada en el animé es rotundo, sin embargo no todas sus consecuencias han sido
positivas.
Autora: Silvana Rozo
Bogotá se parece cada vez más a Pueblo Paleta.
No fue necesario el lanzamiento oficial de Pokémon
Go en Colombia, pues como buenos colombianos, ya nos habíamos dado las
mañas para crear cuentas gringas y descargar la aplicación. Aún así, este fenómeno
superó barreras fronterizas y se ha expandido por todo el mundo, pues miles de
millones de personas han caído en la fiebre de seguir los pasos de Ash Ketchum
y sus amigos, capturando pokémones por doquier. Incluso, utilizando gorras,
camisetas y en general, cualquier cantidad de productos alusivos al animé que todos
disfrutábamos cuando éramos niños –sí, las niñas también veíamos Pokémon-. La
aventura comienza justo después de crear a gusto propio un entrenador Pokémon.
De repente nos vemos inmersos en un juego que mezcla el plano virtual con el
físico, y nos entrega todas las herramientas posibles para cumplir el sueño que
cualquier entrenador Pokémon tiene: atraparlos a todos.
Al tener la capacidad de mezclar
realidades, Pokémon Go ha tenido una
gran cantidad de repercusiones en el mundo real, y a diario escuchamos noticias
que despiertan curiosidad, asombro y hasta desasosiego. En Colombia, hemos
visto como se han creado grupos de personas que se reúnen para jugar Pokémon Go en sitios de interés de la
ciudad. Inclusive en Facebook se ve uno que otro evento incitando a la captura
masiva de pokémones. En otras partes del mundo esto mismo ha sucedido: En Nueva
York, decenas de personas invadieron Central Park en busca de Vaporeon, una de
las evoluciones de “Eevee”.
Sabemos que, para convertirse en un verdadero
Maestro Pokémon, Ash Ketchum debía ser temerario y tomar riesgos
constantemente. Parece entonces que algunos de los Entrenadores Pokémones que
hoy en día deambulan nuestro planeta se han tomado esto al pie de la letra; los
aficionados al juego arriesgan demasiado para capturar pokémones, metiéndose en
zonas peligrosas, lanzándose al tráfico inconscientemente por andar
concentrados en el celular, jugando mientras conducen, entre muchas otras
cosas. Por ejemplo, en Cali, un grupo de jóvenes se enfrentó al personal de
seguridad del Hospital Cañaveralejo, pues en una sala de urgencias había un pokémon
extraño. Y eso no es nada, dos jóvenes canadienses fueron capturados tras cruzar
ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y su país de origen, todo por andar
concentrados en el juego. En Madrid, dos personas entraron a los cuarteles de
la Guardia Civil mientras jugaban, por lo cual fueron detenidos.
Y así como hay millones de personas que
buscan convertirse en los próximos “Ash” del planeta, también existen quienes
pretenden imitar al Equipo Rocket. Conformado por Jessie, James y Meowth, el
Equipo Rocket pretendía robar a Pikachu de
las manos de Ash para llevárselo a su
jefe. Al igual que estos personajes, hay quienes se han dedicado a aprovechar
el auge de esta aplicación para robar celulares a los usuarios. En Colombia se
reportó una modalidad de robo tan creativa que da risa: los amigos de lo ajeno
ponen un módulo cebo, que busca atraer a los Pokémones a una Pokeparada
determinada, y así también atraen a los entrenadores Pokémon que, por capturar
a Pidgey o a Rattata, terminan siendo ellos los capturados y de paso, sus
celulares.
Con todo lo anterior, es más que evidente
que en torno a Pokémon Go se ha
creado todo un fenómeno sociológico, que ha llegado a tal punto, que varios
organizaciones mundiales, lideres políticos y personajes polémicos se han
pronunciado al respecto. Una ONG de Bosnia pidió tener cuidado a las personas
que estaban ingresando a campos minados para jugar. El gobierno japonés, a su
vez, solicitó a los creadores de la aplicación que retiraran a los pokémones de
las plantas nucleares, ya que adolescentes se estaban metiendo a las plantas y
los mismos trabajadores de ellas juegan dentro de las instalaciones, poniendo
en alto peligro a todo el sector. El mismo Nicolás Maduro, iluminándonos una
vez más con sus contundentes declaraciones, expresó su preocupación pues, según
el, la aplicación crea una “cultura de la violencia” en los usuarios.
Cabe resaltar que el fenómeno viral
también trajo consecuencias de índole económico significativas. Por lo menos en
Estados Unidos, la aplicación ha tenido más descargas que Tinder. Así, con tan
solo de 10 días de lanzamiento del juego, las acciones de Nintendo ya habían
subido en un 93%, y en su primer mes llegó a producir 182 millones de euros,
batiendo récords.
Imagen tomada de: https://i.ytimg.com/vi/F7mcDyBXJOo/maxresdefault.jpg
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