martes, 30 de agosto de 2016

La aplicación que está cambiando al mundo

De Pokémon Go y otras adicciones



El éxito del juego basada en el animé es rotundo, sin embargo no todas sus consecuencias han sido positivas.

Autora: Silvana Rozo

Bogotá se parece cada vez más a Pueblo Paleta. No fue necesario el lanzamiento oficial de Pokémon Go en Colombia, pues como buenos colombianos, ya nos habíamos dado las mañas para crear cuentas gringas y descargar la aplicación. Aún así, este fenómeno superó barreras fronterizas y se ha expandido por todo el mundo, pues miles de millones de personas han caído en la fiebre de seguir los pasos de Ash Ketchum y sus amigos, capturando pokémones por doquier. Incluso, utilizando gorras, camisetas y en general, cualquier cantidad de productos alusivos al animé que todos disfrutábamos cuando éramos niños –sí, las niñas también veíamos Pokémon-. La aventura comienza justo después de crear a gusto propio un entrenador Pokémon. De repente nos vemos inmersos en un juego que mezcla el plano virtual con el físico, y nos entrega todas las herramientas posibles para cumplir el sueño que cualquier entrenador Pokémon tiene: atraparlos a todos.

Al tener la capacidad de mezclar realidades, Pokémon Go ha tenido una gran cantidad de repercusiones en el mundo real, y a diario escuchamos noticias que despiertan curiosidad, asombro y hasta desasosiego. En Colombia, hemos visto como se han creado grupos de personas que se reúnen para jugar Pokémon Go en sitios de interés de la ciudad. Inclusive en Facebook se ve uno que otro evento incitando a la captura masiva de pokémones. En otras partes del mundo esto mismo ha sucedido: En Nueva York, decenas de personas invadieron Central Park en busca de Vaporeon, una de las evoluciones de “Eevee”.

Sabemos que, para convertirse en un verdadero Maestro Pokémon, Ash Ketchum debía ser temerario y tomar riesgos constantemente. Parece entonces que algunos de los Entrenadores Pokémones que hoy en día deambulan nuestro planeta se han tomado esto al pie de la letra; los aficionados al juego arriesgan demasiado para capturar pokémones, metiéndose en zonas peligrosas, lanzándose al tráfico inconscientemente por andar concentrados en el celular, jugando mientras conducen, entre muchas otras cosas. Por ejemplo, en Cali, un grupo de jóvenes se enfrentó al personal de seguridad del Hospital Cañaveralejo, pues en una sala de urgencias había un pokémon extraño. Y eso no es nada, dos jóvenes canadienses fueron capturados tras cruzar ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y su país de origen, todo por andar concentrados en el juego. En Madrid, dos personas entraron a los cuarteles de la Guardia Civil mientras jugaban, por lo cual fueron detenidos.

Y así como hay millones de personas que buscan convertirse en los próximos “Ash” del planeta, también existen quienes pretenden imitar al Equipo Rocket. Conformado por Jessie, James y Meowth, el Equipo Rocket pretendía robar a Pikachu de las manos de Ash para llevárselo a su jefe. Al igual que estos personajes, hay quienes se han dedicado a aprovechar el auge de esta aplicación para robar celulares a los usuarios. En Colombia se reportó una modalidad de robo tan creativa que da risa: los amigos de lo ajeno ponen un módulo cebo, que busca atraer a los Pokémones a una Pokeparada determinada, y así también atraen a los entrenadores Pokémon que, por capturar a Pidgey o a Rattata, terminan siendo ellos los capturados y de paso, sus celulares. 

Con todo lo anterior, es más que evidente que en torno a Pokémon Go se ha creado todo un fenómeno sociológico, que ha llegado a tal punto, que varios organizaciones mundiales, lideres políticos y personajes polémicos se han pronunciado al respecto. Una ONG de Bosnia pidió tener cuidado a las personas que estaban ingresando a campos minados para jugar. El gobierno japonés, a su vez, solicitó a los creadores de la aplicación que retiraran a los pokémones de las plantas nucleares, ya que adolescentes se estaban metiendo a las plantas y los mismos trabajadores de ellas juegan dentro de las instalaciones, poniendo en alto peligro a todo el sector. El mismo Nicolás Maduro, iluminándonos una vez más con sus contundentes declaraciones, expresó su preocupación pues, según el, la aplicación crea una “cultura de la violencia” en los usuarios.


Cabe resaltar que el fenómeno viral también trajo consecuencias de índole económico significativas. Por lo menos en Estados Unidos, la aplicación ha tenido más descargas que Tinder. Así, con tan solo de 10 días de lanzamiento del juego, las acciones de Nintendo ya habían subido en un 93%, y en su primer mes llegó a producir 182 millones de euros, batiendo récords.

Imagen tomada de: https://i.ytimg.com/vi/F7mcDyBXJOo/maxresdefault.jpg

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