lunes, 7 de marzo de 2016

Un niño travieso

El fenómeno climático que azota al país


Un niño travieso

¿Qué ha significado política y económicamente el fenómeno del Niño para Colombia? FORO JAVERIANO le cuenta a usted cómo un niño puede llegar a devastar  un país completo.

Autor: Silvana Rozo Moreno
Parece que, a principios de enero, sonó el timbre para salir a recreo y el niño, inquieto, malcriado y acelerado, decidió salir a jugar al patio del colegio. ¿Dónde hacer travesuras esta vez? Después de observar detenidamente el campo de juego, nuestro pequeño decide hacerse en la esquina izquierda superior del patio, en la arenera “Colombia”, en la cual no había jugado desde el 2010. Las profesoras, preocupadas, lo miran desde la ventana del salón. Es solo un niño, ¿que podría pasar?, pensaron ellas la primera vez que lo vieron rastrillando arena. Esta vez ya no es igual. Esta vez ya saben que no hay anotaciones en la agenda o caritas tristes que valgan. El niño ha salido a recreo y, sentado en la arenera, no hay profesora que lo pare de ahí.

Colombia no tuvo más solución que dejar que el niño se divirtiera un rato. Tristemente, esto le va a salir caro a la junta directiva de la institución, pues todos saben que la criatura es, como le dicen sus profesores, el más casposo del salón. No llevaba ni un mes y ya la temperatura de la arenera había llegado a temperaturas exhorbitantes. Por andar jugando con fuego, el niño incendió la parte central de la arenera. Bogotá era una mezcla de humo gris, bochorno y ombligueras, pues la temperatura alcanzó niveles que a algunos desesperó y a otros motivó a vestirse al mejor estilo de Honda, Tolima. Además, este niño inquieto nunca llora, por lo cual implicó 4,617 incendios difíciles de apagar, que se tradujeron en 137,7 millones de pesos para la administración nacional. El daño ambiental que ha dejado El niño es lamentable debido a que la recuperación del bosque y de los ecosistemas afectados podría tardar más de 30 años.

Dicen los chismes de pasillo que el niño tomó un balde y recogió el agua del patio de juegos, pues la oferta hídrica colombiana disminuyó de forma sustancial. De hecho, dos de los ríos principales de Colombia llegaron a mínimos absolutos debido a la sequía. Lo preocupante en cifras, es que en las cuencas de estos dos ríos se asienta la mayor parte de la población nacional y en esa medida se genera más del 70 % del PIB. Como contramedida, a las profesoras les tocó enseñarle a los otros niños a racionalizar el agua. Los del salón del Valle y los de Antioquia son quienes han sufrido de forma más dramática esta medida, todo por culpa del niño.

Uno de los temores más grandes de todo niño que pase por la primaria son los piojos. A los niños de esta arenera no les preocupan estos bichitos, pues el niño se encargó de traerles males peores a sus compañeritos. El IDEAM ha lanzado varias advertencias donde pronostica temperaturas altas, lo que equivale a mayor sequía y con ello se eleva la presencia del mosquito transmisor del virus del dengue, del zika y del chikunguña. Por eso mismo, el colegio pide, sobre todo a las niñas de quinto, que no traigan muñecos a la institución para evitar malformaciones en ellos. 

Con todo, no se le puede adjudicar toda la responsabilidad al pobre niño. Ya tiene suficiente con que sus compañeros lo tilden de “fenómeno”, cuando este es tan solo un pequeño travieso que no tiene intención de dañar, sino únicamente de divertirse. Quienes sí estaban advertidas de que el niño iba a ingresar a la arenera y aún así no hicieron nada fueron las directivas del colegio. Omar Franco, director del IDEAM, ya había predecido su llegada desde mayo del 2014, y lo oficializó en marzo del año siguiente. Las conmociones que en este momento sufre Colombia se deben a una falta de planeación y una negligencia por parte del gobierno.

Por eso mismo, el resto de los que jugamos en la arenera tenemos la responsabilidad de intentar reducir al mínimo el impacto del niño. Desde las mismas casas, con hábitos cotidianos que no toman mucho tiempo y esfuerzo, podemos ahorrarle al país cifras, recursos e incluso vidas. Aún así, es necesario que entendamos que las acciones ecológicas no se deben utilizar únicamente cuando hay situaciones ambientales como esta. El planeta y sus recursos ya están en vía de extinción, por lo cual todos debemos racionar agua, ahorrar energía y, en general, vivir de forma amigable con el ambiente para evitar que niños como el que nos aqueja hoy en día sigan creciendo y tener que lidiar con una versión de él más grande, más potente y más destructiva.







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