lunes, 7 de marzo de 2016

Para adelante, pero sin zancadillas




Estando todavía en construcción el proyecto de decreto sobre política pública de la comunidad LGTBI, ya comienzan las tensiones. ¿Podrá el país más feliz del mundo, ganar la batalla contra la intolerancia?

Por: Laura Cristina Farías A.

El 2015 fue sin duda un mejor año para la comunidad LGTBI en Colombia en comparación con los pasados. Los fallos de la Corte Constitucional sobre el derecho a la adopción de parejas del mismo sexo, el debate sobre matrimonio igualitario y los avances en garantías a los derechos de las personas transgénero parecieron abrir una pequeña ventana para dar mayor respaldo jurídico a algunos temas que afectan de manera directa a esta población. Veinticinco años después de haber introducido una Constitución garantista del derecho a la igualdad, con una mirada optimista, podría reconocerse que por fin se decidió explorar este camino.

Indudablemente, el desarrollo en esta controversial materia de reconocimiento de derechos a personas con diversa orientación sexual ha tomado nuevos rumbos. Un primer paso se dio con la entrada en vigencia del Decreto 062 de 2014, por medio del cual se adoptaba en Bogotá una política pública, promotora de la diversidad, que obligaba a fortalecer la protección de la igualdad de derechos y ordenaba la adopción de políticas para fomentar una cultura de respeto, cobijada con el lema “En Bogotá se puede ser”. Un año después, en la ciudad se desarrolló el Primer Congreso Internacional Sobre Derechos Humanos de las Personas con Orientaciones Sexuales e Identidades de Género Diversas, para analizar las afectaciones de esta población vulnerable y determinar medidas que permitiesen disminuir las cifras de discriminación además de promover políticas de inclusión y de reconocimiento a la diversidad.

En el panorama nacional, sería injusto decir que no se ha logrado nada. A pesar de que por distintos problemas legales e institucionales, falló lo que en un principio pareció ser una victoria con el matrimonio igualitario; hoy el tema está nuevamente en discusión y se espera un fallo definitivo que dé reconocimiento positivo. Por otra parte, con el trabajo de la Corte Constitucional en sentencia SU – 696 de 2015, se reconoció la realidad de muchas familias colombianas y se implementó el nuevo formato de registro civil, que da la opción a las parejas del mismo sexo de registrar a sus hijos inscribiendo el nombre de los dos padres o madres. Adicionalmente, en 2014 se emitió un decreto para facilitar el trámite de cambio de sexo, que permite sacar en la Registraduría una nueva cédula con el sexo determinado que decida poner la persona en cuestión.  Hoy por hoy se espera la terminación del proyecto de decreto que busca adoptar una política pública de carácter nacional sobre ejercicio de los derechos de la comunidad LGTBI que brinde mayor cubrimiento y protección en esta área. Dentro de su contenido se desarrollan temas como aclaración de conceptos relativos a la identidad sexual y de género, protección y garantía de derechos, creación de instituciones especializadas en investigación y desarrollo de contenido de derechos. Se hace exigible la creación de disposiciones normativas que contengan garantías a nivel nacional y obliguen a diversas instituciones a materializar este objetivo. De manera especial se considera el tema de victimas en el conflicto armado que se reconozcan como miembros de esta comunidad. Con su expedición se pretende dar pleno y efectivo reconocimiento a esta comunidad como sujetos de derechos en igualdad de condiciones con el resto de la sociedad.

De entrar en vigencia, supondría (al menos legalmente) que los fuertes actos de oposición, en otras ocasiones realizados por la Procuraduría y otras instituciones, estarían prohibidos y su contravención tendría implicaciones más graves, pues como lo manifestó el Ministro de Justicia, Yesid Reyes, se estaría contraviniendo una fuente de derecho de carácter indudablemente obligatorio para los funcionarios públicos y la población colombiana en general.  Previas actuaciones permiten hacer suposiciones tan adelantadas sobre el futuro turbulento que le espera a este decreto, como lo son las antiguas peticiones de anulación de decretos que promueven la integración o desconocer las uniones matrimoniales válidas. Es un acto de absoluta contradicción con la misión de la Procuraduría que ostenta la obligación de dar cumplimiento a las decisiones judiciales y a los actos administrativos, además de ser la encargada de proteger los derechos humanos y defender el interés público. La crisis institucional hace pensar entonces si el problema es falta de claridad en la obligación o individualización del criterio público.

Foto tomada de: http://i.huffpost.com/gen/1603384/images/o-LGTBI-facebook.jpg


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