Perfil sobre uno de los miembros más
destacados de la comunidad javeriana
FORO JAVERIANO tuvo la fortuna de compartir un rato
muy agradable con el ex magistrado Arturo Solarte en su oficina donde nos
compartió varias anécdotas e historias sobre su vida.
Autor: Rodrigo
Salas Pretelt - Publicado en octubre de 2014
Es inevitable entrar a la oficina del doctor Solarte
sin percatarse que en frente de su biblioteca hay una réplica de un cuy
disfrazado de juez. Este gran abogado menciona que si bien llego a Bogotá
cuando tenía cinco años siempre será nariñense de nacimiento, y por eso tiene
la réplica de este animal distintivo del departamento del Nariño en la mitad de
su oficina para recordar siempre sus orígenes.
Excelente profesor, abogado, jefe y padre serian
algunas de las palabras que definen a este ser humano que por poco no estudia
derecho. Debido a influencias familiares estuvo muy convencido de estudiar
medicina hasta unos meses antes de graduarse del bachillerato. Sin embargo, tras
una conversación con su hermana, que también es abogada, decidió que estudiaría
derecho, y particularmente en la Universidad Javeriana por su énfasis en
derecho económico ya que le permitiría dedicarse a múltiples campos de su
elección una vez adquiriera el título.
El doctor Solarte que muy rara vez llega después de
las 7:15 am a su cátedra de obligaciones o responsabilidad civil en la
Javeriana, recuerda, entre risas, que durante sus años como estudiante se le
dificultaba mucho madrugar. Sus amigos le mencionaban que realmente debería
pagar media matricula por la cantidad de clases de siete que se perdía. Inclusive
recuenta que para el examen final de la clase de Bienes con el doctor Ernesto
Peña estaba en su casa repasando las notas de clase cuando a las 9:00 am recibió
una llamada de uno de sus compañeros diciéndole que ya le tocaba pasar.
Sorprendido, pues esperaba que si era por orden de lista pasaría en las horas
de la tarde, corrió a bañarse y a ponerse el saco y corbata que no pueden
faltar en un final de derecho, y al llegar le dijeron que el doctor Peña ya se
había ido. Después, junto con otros que estaban en la misma situación
presentaron un supletorio que fue muy difícil en comparación a lo que debió
haber sido el examen final del día que llego tarde a la Universidad.
También, de sus
años como estudiante, recuerda que la máxima autoridad dentro de la
Facultad era el Padre Giraldo, que desde la decanatura del medio tenía el poder
de decidir qué estudiantes entraban y quienes serían profesores. En ese
entonces la Facultad de Ciencias Jurídicas era mucho más una prolongación del
colegio. Los estudiantes tenían el mismo salón durante todo el año, todos
dejaban la maleta cuando llegaban a las 7:00 am y salían a la 1:00 pm del mismo
salón de clases.
Su ejercicio profesional lo empezó desde que era
estudiante. En un principio en la oficina de una abogada amiga de su hermana
donde aprendió a ejercer la noble tarea del patinaje, y posteriormente en la
oficina de León Posse Arboleda, socio fundador de la hoy firma Posse, Herrera y
Ruiz. Trabajó ahí durante algunos años, recién egresado, hasta que su profesor de
carrera Sergio Muñoz le pidió que fuera su asistente en la Subgerencia Jurídica
de la Fundación Social que en ese entonces era la matriz del grupo empresarial
del Banco Caja Social y el Banco Colmena.
Fue por el doctor Muñoz que se vinculó posteriormente
como profesor de derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas. Inicialmente
como profesor auxiliar de contratos por seis años, y luego fue nombrado
profesor titular de bienes en 1994 bajo la decanatura académica del doctor Juan
Carlos Esguerra. Años después, al regresar de sus estudios de doctorado de la
Universidad de Salamanca en España, estaba completamente decidido a dedicarse a
la academia e investigación. Fue nombrado profesor de planta de nuestra
Facultad y le dejaron a su cargo tres materias: Bienes, obligaciones y
responsabilidad civil. Esto le significó un gran reto, pero le permitió
convertirse en un gran conocedor del derecho civil en su conjunto y sentar las
bases de su conocimiento.
Luego, tras la finalización del periodo del ex
magistrado Carlos Ignacio Jaramillo recibió de manera inesperada la noticia de
haber sido nombrado dentro de la lista enviada por la Sala Administrativa del
Consejo Superior de la Judicatura para nombrar un nuevo magistrado en la Sala de
Casación Civil de la Corte Suprema Justicia. La noticia fue una sorpresa puesto
que consideraba que no era su momento para aspirar a uno de los cargos más
altos dentro de la rama judicial.
Corría el año 2007 cuando fue elegido por la Sala
Plena de la Corte y de sus años como magistrado recuerda que hubo mucha tensión
en la época de enfrentamiento de la rama judicial y la Corte Suprema de
Justicia con Álvaro Uribe y su gobierno. No obstante destaca, que también se
presentaron muy buenos momentos y sobre todo unos años de gran producción
intelectual puesto que con la compañía en Sala de abogados como Jaime Arrubla o
William Namen, por nombrar algunos, las decisiones que tomaban reflejaban un
evidente avance jurídico en nuestro país. Por lo general, los proyectos de
ponencia de los magistrados eran enviados los viernes en la tarde a los otros
magistrados de Sala y los lunes en la tarde se preparaban para debatir sus
ideas sobre los diversos temas y casos que llegaban a la Sala de Casación Civil
de la Corte.
El año pasado, durante el mes de mayo tuvo que
afrontar una de las decisiones más difíciles de su carrera profesional. Faltándole
todavía un poco más de un año para terminar su periodo como magistrado en el
máximo órgano de la jurisdicción ordinaria, decidió presentar su renuncia ya
que no compartía el proyecto que la mayoría de los magistrados tenían para la Corporación.
Consideraba que era el momento de apartarse del rumbo que quería la mayoría de
la Corte en asuntos de competencias electorales, conformación, y en particular
su papel dentro de la conformación del Estado. El doctor Solarte ha sido de las
pocas personas que en medio de una profunda crisis que atraviesa la
administración de justicia en nuestro país, ha sido capaz de resaltar con su
actuar aquello que requiere una reforma. Es un referente y un claro ejemplo de
lo que significa bien actuar como servidor público.
Ahora, tras su salida de la Corte se encuentra
retomando el ejercicio profesional y las actividades académicas que había
suspendido en los últimos años. A pesar de haber recibido ofertas laborales de
varias oficinas de abogados que estaban ansiosos de trabajar con un ex
magistrado, decidió asociarse con el ex comisionado de paz y ex formula
vicepresidencial de Marta Lucia Ramirez, Camilo Gómez Álzate para dar inicio a
Gómez & Solarte Abogados, donde tendrá la posibilidad de iniciar un
proyecto propio de oficina de abogados que pueda tener el rumbo que él desea.
Está convencido que dentro del ejercicio del derecho
se debe buscar el rigor, ya que tratándose de una disciplina existen unas
reglas y una estructura lógica determinada que se deben cumplir. Además, afirma
con certeza, que un abogado debe estar en búsqueda permanente de un sentido de
justicia social debido a que está trabajando siempre con la vida de los demás;
y en complemento de lo anterior, menciona que se debe procurar trabajar con una
ética profesional intachable.
Los domingos los puede disfrutar teniendo una tarde de
cine con su esposa y sus dos hijos, o haciendo ejercicio, al igual que
apreciando un clásico de fútbol español haciéndole barra al Barcelona, aun
cuando su hijo es un fervoroso hincha del Real Madrid, pero es precisamente eso
lo que lo convierte en ese integro ser humano, el profesor, el abogado, el jefe
y el padre.
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