Meses después de su
fallecimiento es importante recalcar el legado que dejó el empresario en nuestra
sociedad. Fue un ser humano excepcional que marcó una etapa del desarrollo
empresarial y social en Colombia en las últimas décadas.
Autor:
Rodrigo Salas Pretelt - publicado en mayo de 2015
Hace un poco más de un
año, en una reconocida revista que trata asuntos de responsabilidad social,
Nicanor Restrepo Santamaría dijo: “tener privilegios como nacer en un hogar
bien conformado, con salud, alimentación y acceso a la educación genera un
compromiso frente a quienes no han tenido las mismas oportunidades” . Esa frase
resume la forma de pensar de uno de los más grandes empresarios y líderes
sociales de nuestro país, que falleció el pasado 14 de marzo en Medellín.
Era el mayor de catorce
hijos, y siempre reconoció que su vocación de servicio público fue inculcada
por su padre Juan Guillermo Restrepo Jaramillo. Este ejerció como alcalde de
Medellín, Ministro de Industria y Comercio, diputado y Presidente de Avianca
por varios años. Sin embargo, en medio de todos esos títulos procuró por educar
a sus hijos en valores, criarlos lejos de la ambición y ser conscientes de los
demás.
Restrepo Santamaría,
que durante muchos años estuvo al mando del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA),
dedicó su vida al impulso del desarrollo del país. Constantemente se encontró
entre la presidencia y juntas directivas de las grandes compañías que hacen
parte del grupo que dirigió, dentro de las cuales se encuentran Suramericana,
Argos, Nutresa, Sofasa, Almacenes Éxito, Carvajal entre otras. Pero desde el
ejercicio de sus cargos en el sector privado hasta en el desarrollo de algunas
funciones públicas, su propósito principal fue trabajar por el progreso social
de Colombia
Tuvo a su cargo el
manejo del GEA y logró que por muchos años arrojara utilidades muy por encima
del Grupo Sarmiento Angulo o del Grupo Santodomingo, e igualmente que los
ingresos del conglomerado representaran aproximadamente siete puntos del PIB
interno. A su vez, en los ochenta creó la fundación “Empresarios por la educación”
que actualmente contribuye a generar condiciones de equidad y calidad de la formación
básica en todo el país. Igualmente, fue una persona influyente en el sector
público. En el gobierno de Belisario Betancur fue nombrado gobernador de
Antioquia y en varias ocasiones participó en los procesos de negociación de paz
con la guerrilla.
Sin embargo, las
personas que tuvieron la oportunidad de trabajar a su lado destacan que la
proyección social que tenía radicaba en su enorme sencillez, su bajo perfil
como “cacao antioqueño” y en su
facilidad de identificar los problemas que impedían el desarrollo de la
sociedad.
Llama la atención que
después de dejar la Presidencia Ejecutiva del GEA decidió perseguir su sueño
frustrado de joven de irse a estudiar a París. Cumplidos los sesenta años,
adelantó estudios de maestría en sociología y además en 2009 terminó el
Doctorado en Sociología política de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias
Sociales de París (EHESS). Su tesis doctoral se tituló Transformación e influencia de las elites patronales de Antioquia sobre
las políticas económicas y sociales y mediante un extenso estudio analizó
los efectos del empresariado antioqueño en el desarrollo social del país desde
1940. De esta manera, es posible encontrar conclusiones muy importantes. Establece,
entre otros postulados, que la tarea de impulsar el desarrollo no depende
únicamente de los gobiernos, sino que también es una responsabilidad que le compete a los ciudadanos y a los empresarios
que están llamados encontrar un modelo de desarrollo económico justo,
equitativo y dinámico.
Ahora, unos meses
después de su muerte su legado es invaluable para las futuras generaciones de
nuestro país. Por una parte, Restrepo demostró que las personas que en el
transcurso de su vida reciben una buena educación, deben encaminar su ejercicio
profesional a una proyección social. Como empresario con alto sentido ético, siempre
estuvo pendiente del desarrollo de sus trabajadores, a tal punto que hoy en día
los presidentes de grandes compañías pertenecientes al grupo reconocen a
Restrepo como su mentor y su guía. Por otra parte, después de su jubilación y
entrado en años, decidió dedicar su tiempo a la investigación académica para
determinar los efectos del GEA en el desarrollo del país y demostrar, mediante
cifras y conceptos, las consecuencias de las labores ejecutadas por las élites
patronales. De esta manera, demostró ser una persona íntegra que propendió por
dedicar su tiempo en favor de la comunidad y no de sus intereses y caprichos
personales.
Nicanor Restrepo fue
una persona con una formación en valores sólida, que antepuso los valores
éticos sobre los económicos y proyectó la gestión privada en torno al bienestar
de la sociedad. Es sumamente importante la presencia de actores en la sociedad
como él, que sean capaces de asumir responsabilidades no solamente respecto del
ejercicio de su profesión, sino también encaminadas a asegurar el cumplimiento
del interés general buscando el beneficio de la comunidad en su conjunto.
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