Tras el fuerte criticismo que se le ha dado a las
negociaciones de La Habana, Foro Javeriano realiza un examen de lo que ha
ocurrido con otros conflictos armados que han terminado por la vía del diálogo,
con el fin de demostrar qué elementos de éstos pueden ser útiles y encaminar al
éxito el proceso de paz colombiano.
Por:
Jaime Hernández Palacios
En la actualidad
está en boca de todo el mundo el curso de los diálogos de paz que adelantan el
Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Este proceso
de paz ha despertado sentimientos encontrados: por un lado, hay gente que lo
defiende de manera acérrima y que señala que no hay forma de terminar un
conflicto a través de métodos violentos, además, la continuidad de los diálogos
de paz fue el comodín que catapultó al Presidente, Juan Manuel Santos, a su
reelección. Desde la otra perspectiva, hay quienes consideran que los diálogos
no deberían estarse adelantando, debido a que las FARC no son un movimiento que
tenga representación de la población, no son una organización que evidencie
estar ligada a su ideología, ya que han hecho de su organización guerrillera
una fachada para adelantar actividades ilícitas tales como el narcotráfico y,
además, se escudan en la población civil y abusan de esta con el fin de exigir
demandas desproporcionadas e irracionales al Gobierno.
Detrás de las
críticas, abucheos, bajones de popularidad del Presidente de turno y mal estar
en general de la población colombiana, hay quienes consideran que no todo puede
ser “color de rosa” en el marco de un proceso de paz. Evidencia de esto son los
procesos que se han acreditado como “exitosos” a nivel mundial. De estos se
pueden distinguir problemas étnicos, religiosos y culturales que trascendieron
el paso de los siglos, garantías como el establecimiento de tribunales ad hoc, comisiones de la verdad que se
han vuelto esenciales en los procesos transicionales, la reincidencia de
pequeños grupos de crimen organizado que aún tienen ciertas consignas de las
antiguos actores del conflicto y, en cierta media, el sabor a injusticia que le
queda a los afectados.
Colombia ya ha sido
escenario de presuntos procesos de paz exitosos, la desmilitarización del M-19
y la desmovilización de las AUC. Con todo esto, queda la duda de que tan
notorio fue el éxito de estos procesos con circunstancias como la presencia de
las Bandas Criminales Emergentes (BACRIM) y la falta de ocupación y
reincidencia en el crimen de los paramilitares reinsertados a la vida civil.
Sin perder de vista
el fracaso de los diálogos en el Gobierno de Andrés Pastrana, queda la duda de
que el gobierno Santos llegue a la consecución de un acuerdo de paz. Aún así,
es pertinente considerar qué ha sucedido en ciertos procesos de paz que se
reputan exitosos, con el fin de ver hacia dónde se dirigen los diálogos con las
FARC.
IRLANDA
Este conflicto data
de mediados de la Edad Media, debido a la invasión Anglo-Normanda a la isla. La
imposición del anglicanismo generó divisiones en la población, lo que siglos
después daría como resultado el nacimiento de la República de Irlanda, la cual
conforma la mayoría del espacio geográfico de la isla y cuenta con población
predominantemente católica, Estado completamente desvinculado a la corona
inglesa. Alrededor del 35% de los pobladores de Irlanda del Norte (nación que
surgió también de la partición de la isla) en 1923 eran católicos, lo cual dio
lugar a un movimiento que propendía por la unificación de la isla, la expulsión
de la presencia británica de esta y la formación de una sola nación irlandesa
que comprendiera la totalidad de Irlanda y fuera totalmente independiente. De
esta ideología surgió el “Irish Republican Army” (“IRA”), el cual en sus distintas derivaciones combatió
alrededor del siglo XX contra la unión de Irlanda del Norte con el Reino Unido y
la separación de la República de Irlanda, ante lo cual en distintas ocasiones
hubo presencia de tropas británicas en la isla, con el fin de combatir su
causa.
El viernes santo de
1998 se le puso fin al conflicto de Irlanda del Norte con el “Good Friday
Agreement”, firmado por el Gobierno
británico e irlandés, y avalado por la mayoría de los partidos políticos norirlandeses.
Su aprobación fue a través de un referendo en Irlanda del Norte y la República
de Irlanda. Fruto de este acuerdo se llegó a que el estatus constitucional de
Irlanda del Norte se viera determinado democráticamente por los dos estados
irlandeses, el compromiso de paz entre los partidos políticos de la región, el
establecimiento de un sistema de poder compartido para el ejecutivo de Irlanda
del Norte, la transformación de la Policía Real del Ulster en un servicio de
policía civil, y la retirada de las tropas británicas. El 28 de julio de 2005
el IRA Provisional anunció el cese de su lucha armada y el 3 de septiembre de
2008 el IRA se consideró desmantelado. Hoy en día el “Workers’ Party of Ireland” se ve muy ligado, como movimiento
político, al IRA.
BOSNIA-
HERZEGOVINA
La guerra de Bosnia
fue un conflicto armado que surgió de la disolución de la antigua Yugoslavia.
Ante la separación de Croacia y Eslovenia de la basta nación socialista, en
febrero de 1992, el pueblo de Bosnia-Herzegovina decidió en referéndum su
independencia de Yugoslavia. En Bosnia siempre ha predominado el
multiculturalismo y, por ende, al momento de su independencia había presencia
de bosnios, serbobosnos y croatas, lo cual generó una pugna por el control de
Bosnia y Herzegovina e hizo que se diera la confrontación del Ejército de la
República Srpska (serbobosnos) y el Ejército de la República de
Bosnia-Herzegovina, al cual se le unió el Consejo Croata de Defensa. La alianza
bosniocroata ocupó 51% del territorio de Bosnia-Herzegovina y llegó hasta las
puertas de Banja Luka. Sin embargo, al ver peligrar su capital de facto los
serbios decidieron ponerle fin al conflicto.
Del 1 al 21 de
noviembre de 1995 tuvo lugar la conferencia que le dio fin a la Guerra de
Bosnia, conflicto que se desarrolló entre 1991 y 1995. El acuerdo final fue
firmado y ratificado por Croacia, Yugoslavia y Bosnia-Herzegovina el 14 de
diciembre de 1995 en París, gracias a éste los estados signatarios se obligaron
a guiar sus relaciones de conformidad a la Carta de las Naciones Unidas,
esencialmente en lo que concierne a respetar plenamente la igualdad soberana de
los demás. También, acordaron resolver sus controversias por medios pacíficos,
pero lo más destacable de este acuerdo fue que la República Federativa de
Yugoslavia y Bosnia y Herzegovina, se reconocieron de manera recíproca como
estados soberanos e independientes.
A este acuerdo se
llegó después de múltiples operaciones militares y esfuerzos fallidos de
paz. La conferencia que dio lugar a la
consecución del tratado tuvo como sede una base militar en Dayton, Ohio, EEUU,
esto con el fin de sacar a todas las partes de su zona de confort lo que
incentivaría enormemente las negociaciones y evitaría perturbaciones de la
prensa.
En el desarrollo de
la guerra las fuerzas serbias-católicas atacaron a la población civil no
serbia-musulmán en Bosnia oriental, por esto políticos serbios fueron
condenados por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, tribunal
establecido por el Consejo de Seguridad de la ONU que juzga y condena las
violaciones graves al DIH cometidas en la ex Yugoslavia.
GUATEMALA
La Guerra Civil de
Guatemala se dio entre 1960 y 1996, aproximadamente, de manera simultánea e
influenciada por la Guerra Fría, lo que generó la polarización de la población
guatemalteca. Los orígenes del conflicto datan de la década de los 60s,
específicamente del fallido golpe de estado del 13 de noviembre de 1960 que
buscaba derrocar a Miguel Ydígoras Fuentes. En 1962 apareció el primer grupo
guerrillero del país, el MR13, que se disolvió en 1971. Seguido de esto en los 70s
hubo 3 gobiernos militares y, más tarde, en los 80s se dieron varios golpes de
estado y la fuga de capitales.
Los diálogos de paz
transcurrieron tras los periodos de 3 presidentes de Guatemala, finalmente en
el gobierno de Álvaro Arzú se dieron varios ceses de hostilidades, seguidos de
acuerdos sectoriales y acuerdos que regularon aspectos socioeconómicos, temas
agrarios, el fortalecimiento del poder civil y la función del ejército en una
sociedad democrática. En marco de este proceso de paz la ONU nombró una
Comisión para el Esclarecimiento Histórico, con objeto de recopilar información
histórica de la Guerra Civil. La Guerra terminó el 29 de diciembre de 1996, en
el gobierno de Arzú, con la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre el
Gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, el cual
contemplaba todos los acuerdos previos a los que se había llegado.
EL
SALVADOR
La Guerra Civil de
El Salvador fue un conflicto armado que se desarrolló entre las Fuerzas Armadas
de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Esta confrontación armada, se calcula, dejó alrededor de 70.000 muertos y 8.000
desaparecidos.
Tras varios intentos
de negociación fallidos, el conflicto de cerca de 12 años de duración llegó a
su fin con los Acuerdos de Paz de Chapultepec, firmados el 16 de enero de 1992
entre el Gobierno de El Salvador y el FMLN. Los diálogos que llevaron al
acuerdo fueron incentivados por la ONU en 1989 y casi son perturbados por una
ofensiva general del FMLN que fue contenida por la Fuerza Armada. El Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas creó una misión de observación para la resolución
del conflicto (conformada por civiles, militares y policías). Como resultado
del acuerdo hubo modificaciones a la Constitución del Salvador, se modificaron
las fuerzas armadas, se creó la Policía Nacional Civil y se modificó el sistema
judicial y la defensa de los Derechos Humanos, el sistema electoral, y se
adoptaron medidas económicas y sociales. El cumplimiento de estos acuerdos
quedó bajo la tutela de una misión especial de Naciones Unidas, la cual terminó
sus gestiones 3 años después.
Realizado este
examen, se puede desvirtuar el argumento de algunos que avocan porque el
conflicto colombiano es tan complejo debido a su duración que no puede
resolverse. Como se evidencia del caso irlandés, este fue un conflicto que se
desarrolló siglos atrás y que sus detonantes fueron problemáticas étnicas y
religiosas, mientras que el conflicto colombiano, en sus raíces no puede datar
de más de 80 años atrás y se centra en la presencia de una guerrilla
marxista-leninista que nunca logró derrocar al gobierno legítimo para imponer
su ideología y utiliza su bagaje político como fachada para adelantar
actividades propias del crimen organizado.
Tomando en cuenta la
problemática de utilizar organizaciones guerrilleras únicamente con el fin de
perseguir intereses lucrativos a través de actividades ilícitas, el verdadero
reto del proceso de paz colombiano, si llegase a tener éxito, es el de
demostrarle al mundo como se puede desarticular de forma pacífica a grupos
armados al margen de la ley y no se expanda por otros sectores las actividades
criminales que estos venían desarrollando, porque de lo contrario no serviría
de nada la desmovilización de una organización militar, ya que en vez de
solucionar o erradicar el problema, éste simplemente se estaría transformando. La
intervención de la ONU podría ser una herramienta idónea para darle un final
exitoso a los diálogos de La Habana, de la mano con un poco más de discreción y
reserva con los medios de comunicación, más carácter del Gobierno al no tolerar
agresiones que puedan destruir la confianza en la negociación, y un poco más de
paciencia del pueblo colombiano, ya que la paz no se construye de la noche a la
mañana.
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