martes, 7 de mayo de 2013

Que el premio “Ciudad Creativa de la Música” sea la excusa para la construcción de escenarios dignos en Bogotá


Me alejo del reconocimiento de Bogotá como Ciudad Creativa de la Música, pero aprovecho para decir, a propósito de éste, que no es posible que el estadio de futbol y un parque público sean los mejores escenarios para llevar a cabo nuestros conciertos.

 

Por: Juanita Fonseca Duffo

 
En esta época de caos, en la que Bogotá se ha convertido en el lugar en el que ninguno de nosotros quiere vivir, me encontré con la sorpresa de que el 7 de marzo de este año, cumplió la ciudad su primer aniversario como Ciudad Creativa de la Música de la UNESCO. No sé cuántos de ustedes saben, pero por la poca información que encontré en los principales medios de comunicación nacionales y locales, pude concluir que muchos, al igual que yo, no tenían ni idea. Tampoco sé qué tan importante sea la distinción, ni hasta qué punto retrate la realidad capitalina en términos musicales. Lo que sí sé es que, como bogotana, tengo el deber de dar a conocer los datos que la Orquesta Filarmónica de Bogotá, como responsable de la candidatura ante la UNESCO, recolectó en su estudio  “Bogotá Musical City”. En el estudio se describen las principales razones por las que esta ciudad debía ser parte del grupo conformado por Sevilla, Bolonia, Glasgow y Gante.

 En primer lugar, existe una gran diversidad en la actividad musical que se presenta en la ciudad, abarcando numerosos géneros. Las cifras muestran cómo los favoritos son la música clásica y el rock. De acuerdo con esto, en 2008 el 20,67% de los conciertos ofrecidos fueron de música clásica, y el 15,81%, de rock. Tras éstos estuvieron la salsa, la electrónica y la música colombiana tradicional, con el 8% cada uno. Esta diversidad también se predica de las agrupaciones de la ciudad, que son el resultado de híbridos sonoros que combinan los sonidos del país y del continente, con renovación y creación en el ambiente.

 Además, la ciudad cuenta con 348 escenarios musicales que se distribuyen en 19 de las 20 localidades que la conforman, estando el 64% de éstos en el centro de la ciudad, en La Candelaria, Teusaquillo, Santa Fe y Chapinero. También ha aumentado la producción creativa en Bogotá, con lo cual se ha estimulado el consumo de espectáculos en vivo, tanto gratuitos como pagados. De esta manera, entre los años 2005 y 2007, los espectáculos nacionales y de carácter internacional aumentaron en un 27,5%, así como, entre 2005 y 2010, los recitales y conciertos privados se triplicaron. Igualmente, las ganancias en los conciertos han aumentado, pues, en 2007, solo cuatro recaudaron recursos por encima de $00 mil dólares, mientras que en 2009, 18 eventos superaron esta cifra. En cuanto a la movilización en masa del público bogotano, entre 1995 y 2011 cerca de 4.900.000 personas asistieron a los Festivales al Parque. Estas cifras constatan que la expresión artística preferida por los bogotanos es la música, como lo demuestra también la contundente respuesta dada por el 75,47% de los encuestados por la Orquesta Filarmónica.

 Por otro lado, se encuentran aproximadamente 40 empresas que rentan equipos especializados  para el sonido de grandes conciertos, así como más de un centenar lo hacen para espectáculos medianos. Así mismo, mientras que en 1990 no existían más de 20 estudios de grabación, en la actualidad hay 69, profesionales y semiprofesionales, algunos de los cuales son reconocidos incluso a nivel latinoamericano, como el Centro Ático de esta Universidad Javeriana.

 Pese a los resultados positivos en el campo musical, tanto el gobierno distrital como los ciudadanos tenemos el reto de fortalecerlo. En este sentido, está en marcha la construcción del Plan Distrital de Música, que busca unir a todos los agentes de este sector con el fin de presentar mejores espectáculos. Además, se busca conformar el Sistema Distrital de Formación Musical, para que más de 12.000 niños se integren a la educación musical. De igual manera, se encuentra, dentro de los principales objetivos, el de crear y fortalecer los escenarios para la música, que contemplan, desde la conformación de redes musicales por género, hasta la adecuación y establecimiento de nuevos mega escenarios para shows musicales de gran formato.

 Creo que esto último merece mayor atención. Sobre todo porque, según la UNESCO, la música en Bogotá debe ser una herramienta para el progreso socioeconómico y la promoción de la diversidad cultural a nivel nacional e internacional, y esto será difícil de lograr si los bogotanos no tenemos un lugar digno y adecuado para espectáculos. Me desvío del reconocimiento, pero aprovecho para decir, a propósito de éste, que no es posible que el estadio de futbol y un parque público sean los mejores escenarios para llevar a cabo nuestros conciertos.

 

 

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