martes, 7 de mayo de 2013

¿Cuál será el futuro de Venezuela?

Por: Daniel Londoño de Vivero

Es bien sabido que Venezuela es uno de los países más ricos del mundo, teniendo aproximadamente el 18% de las reservas de petróleo[1] del planeta, superando a Arabia Saudita que tiene el 16,1%. Lo que no se entiende muy bien, al parecer, es por qué, siendo un país tan rico, tiene índices[2] tan altos de criminalidad (72 homicidios por cada 100.000 habitantes), inflación (20,1% en 2012), corrupción (ocupa el puesto 165 en una lista de 174 países), vivienda (2 millones de venezolanos no tienen casa) y escasez de alimentos (16,3% menos alimentos que en 2012, escasez de harina de trigo, pollo, leche y azúcar). Es inaudito pensar cómo los recientes dirigentes no han sabido desarrollar políticas que realmente logren combatir el problema y estabilizar así al país, pese a haber buscado una mayor igualdad entre la población a través de la creación de una clase media mucho más gruesa y grande.

Desde el ascenso del ex-presidente Hugo Chávez en 1999, Venezuela sufrió una transformación escalofriante. Es de recordar que cuando Chávez asumió el poder, decidió convocar a un referendo para convocar una Asamblea Constituyente y así darle vida a una nueva Constitución. Su plan funcionó, y el 15 de diciembre de 1999 se proclamó y se adoptó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual consagró en su preámbulo: “El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados (…)”. Para resaltar de la primera frase de la Constitución, está el nombre de Simón Bolívar, con el cual, debemos recordar, Chávez tenía una obsesión: quería ser el Bolívar contemporáneo. Siguiendo un poco esta línea histórica, en 2002, cuando recién empezaba su segundo período presidencial, la polarización política aumentó drásticamente, y fue en este año cuando se dio un golpe de Estado en su contra. Pero este golpe pronto tuvo un retroceso, volviendo Chávez al poder días más adelante. Continúo, así, atribuyéndose poderes (que no en todos los casos emanaban de la soberanía popular), extralimitándose y haciendo a su antojo lo que él quería con los recursos de la patria, buscando a fin de cuentas un socialismo radical.

Puede que no sea del todo malo un socialismo radical bien estructurado, pero lo que sí es terriblemente malo y perjudicial para una nación es que todos los poderes residan en una misma persona. Estaríamos, pues, ante lo que se podría llamar un “despotismo constitucional”, en el cual se dotó, sin lugar a dudas, de poderes casi ultraterrestres y se presentó como un dios al presidente de la República. Como diría Bodenheimer, para evitar esta lamentable situación sólo hay un camino, ese camino es el derecho, término medio entre anarquía y despotismo, el cual debe equilibrar estos extremos. Hemos sido testigos de cómo las instituciones políticas fundamentales de la hermana República de Venezuela se arrodillaron ante el exmandatario y obedecían y hacían lo que él deseaba. Un ejemplo claro lo vimos en las elecciones presidenciales en las que Chávez se enfrentó a Capriles, donde cientos de inconsistencias permearon las elecciones y lo único que pudimos saber al final fue que el Consejo Nacional Electoral había declarado a Chávez como ganador de la contienda, sin dar mayor explicación sobre lo ocurrido en éstas.

Pero, como siempre, la historia se repite una vez más. Después de unas elecciones (que al parecer no fueron justas) y después de la muerte del llamado “gran líder” de Venezuela, vienen tiempos difíciles y de grandes crisis para nuestra hermana República, y le tocará al presidente Maduro afrontarlas. Siguiendo los consejos de pájaros mensajeros enviados por el alma de Chávez y, como dice el preámbulo de la Constitución, siguiendo el ejemplo del libertador Simón Bolívar, deberá afrontar todos los problemas que tiene el país, además de luchar contra una gran oposición en cabeza del excandidato y, para mí, ganador de las elecciones, Henrique Capriles. Las cosas no serán fáciles para este personaje quien tendrá que contar con mucha suerte y con el apoyo de todos los pájaros mensajeros de Chávez para sacar a Venezuela de una crisis evidente y ganar terreno y confianza con la oposición, porque, de lo contrario, pronostico que tendremos golpe de estado en Venezuela.

 


[1] Porcentaje de reservas sacado de INFOBAE.
[2] Indices tomados de SEMANA edición número 1615, Abril 2013.

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