domingo, 17 de marzo de 2013

El Pesebre de Oro de Colombia



El pueblo minero desconocido por muchos, aún en su calidad de patrimonio nacional de la Nación, es ahora víctima del desplazamiento forzado debido a una multinacional canadiense.

Por: María Paula Álvarez Rojas - Estudiante de la Universidad de Calgary


Marmato, Caldas, es un pueblito tradicional colombiano de aproximadamente 8000 habitante. Se encuentra  ubicado en una de las tantas montañas de Colombia. Su única diferencia, es la calidad de la montaña: está llena de oro. La prosperidad de este pequeño pueblo de Caldas se ha dado gracias a la extracción de este mineral precioso. Esta práctica se ha llevado a cabo en esta zona desde 1538 y su valor es tan grande que el pueblo fue declarado patrimonio histórico, cultural, social y económico de la Nación en 1982.

Como consecuencia  del hombre natural que todos los seres humanos llevamos dentro, la riqueza contenida en este pueblo ha creado un gran sentimiento de avaricia para muchos de los caza tesoros de calidad mundial. El sentimiento se ha convertido en algo tan eminente que este pueblo está apunto de llamarse extinto.  

En el 2008 nuestro gobierno firmó un tratado de libre comercio con Canadá. El país veía luz verde en inversión y crecimiento económico; tristemente, este dibujo color de rosa no sería de prosperidad para todos, sino exclusivamente para los pueblos mineros. En el 2010, casi 48 pueblos en Santander se quedaron sin agua potable, pues una empresa canadiense de minería iba extraer oro del páramo de Santurbán. Afortunadamente, gracias a las voces de muchos colombianos del sector, el proyecto se frenó -por lo menos por un tiempo-.

Pues bien, las consecuencias de este tratado vuelven a relucir en este pueblito en Caldas, muy insignificante, muy en la montaña,  que nadie conoce, pero que tristemente tiene una población de 8000 personas, 8000 colombianos que, en unos meses más, se quedarán sin un hogar y sin una historia. Serán unos desplazados más de nuestra linda patria.

Gran Colombia Gold, una firma Canadiense manejada por un empresa llamada Medoro Resources, ha llegado a explotar la tierra. Su discurso ha sido el de una entidad liberadora de todo mal. Su propósito ha sido implementar la gran idea de mantener un ambiente social estable para la comunidad, proveyendo educación y trabajo pero por medio de una explotación minera a gran escala de cielo abierto, que, en últimas, significa el fin de la montaña y de Marmato.  Por otro lado, han tomado títulos mineros de ciertas familias, que toda la vida han practicado la minería artesanal en su pueblo y que de eso viven, a precios totalmente lesivos.

Muchas empresas han pasado por Marmato, y ha sido gracias al pueblo y a la lucha constante de su población, que han logrado  mantenerse  de pie en su zona. Sin embargo, la situación anterior era más complicada, ya que las empresas llegaban con un discurso mucho más fuerte de desplazamiento. Hoy en día, sin embargo, el discurso es más clandestino y la compañía actual- Gran Colombia Gold- quiere explotar los recursos a su manera, sin mencionar aún el desplazamiento. Esto quiere  decir que serán los propios miembros de la población quienes tendrán que decidir su partida, cuando los derrumbes sobre el pueblo sean tan altos, que no les quede otra alternativa.

El gobierno ha estado al tanto de esta situación, y a causa de las políticas de apertura económica e inversión extranjera, no ha habido lío en dejar el país vendido a unas cuantas compañías. Antes mejor, o eso dicen, para que el mundo vea que Colombia es un país cuyo PIB crece notablemente, lo que no pasaba en años anteriores. Incluso, el apoyo a la extracción minera, ha generado que ésta, como otras situaciones similares, no salgan a la luz pública. Además, el Congreso ya aprobó la extracción de cielo abierto para Junio de este año.

Los perjuicios están a la vista. Vamos a abrir nuestras puertas a multinacionales, pero ¿a costa de qué? ¿Tenemos que vender nuestra alma  patria para ser reconocidos mundialmente? Respetemos los derechos humanos. En este caso vale unirnos por los marmateños o más bien por colombianos como usted o como yo.

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