De
los cambios al reglamento que se están empezando a implementar a partir de este
semestre, positivos en su mayoría, existen algunos que no acaban de convencer a
los estudiantes. Uno de ellos es la prohibición para inscribir materias una vez
iniciado el periodo académico, disposición cuya razón de ser no se acaba de
entender
Desde el semestre
pasado, y con el fin de obtener la tan anhelada acreditación por el máximo término
posible, se vienen implementando en la Facultad una serie de cambios que buscan
mejorar las deficiencias que se han detectado en su funcionamiento. Si bien la
mayoría de las modificaciones han sido ampliamente alabadas, como ocurre con la
flexibilización del plan de estudios, otras decisiones han generado un sinsabor
en los estudiantes, como la imposibilidad de inscribir materias una vez
iniciado el semestre. A partir de este año, las dos citas que se programan durante
el periodo de vacaciones son los únicos espacios para elegir las clases; una
vez iniciado el período académico, solo es posible dar de baja las materias que
no se deseen ver, pero no se puede hacer nada con los créditos sobrantes. Este
nuevo régimen aplica a todo lo que se inscriba, tanto a las materias del núcleo
fundamental como a las electivas y complementarias.
El problema más
evidente se presenta con las electivas y las complementarias (que, por su misma
naturaleza, están ahí para que el estudiante las elija), con las que choca esta nueva disposición del reglamento. Si
usted inscribió una electiva pero no le gustó, no se sintió cómodo o,
sencillamente, encontró después otra que se acomodaba más a sus intereses, no
hay nada que pueda hacer. Perdió esos créditos. Además, el SIU se sigue
quedando corto a la hora de proveer información sobre las materias que se
pueden inscribir. Si bien en Derecho el problema es menor, no todas las
facultades tienen al día en el sistema lo referente a sus materias y
profesores, por lo que, en el momento de inscribir una electiva ofrecida por
otra carrera, se suele estar eligiendo a ciegas. Usted podría estar metiéndose
en la boca del lobo, ya que se dejó tentar por el nombre de la cátedra, y no habrá
vuelta atrás.
Además, hay que tener
en cuenta que, dentro de los requisitos de grado está el haber aprobado 22
créditos de materias electivas y complementarias. El plan de estudios está
diseñado para que, si usted inscribe semestralmente una electiva de dos
créditos (salvo en sexto semestre, donde puede inscribir cuatro créditos por
estar viendo solo 16 de núcleo fundamental), llegue a décimo habiendo cumplido
con este requisito. Por lo tanto, si usted inscribe una electiva que no es de
su agrado o interés, tiene dos opciones: retírela, pierda los créditos e ingéniese
una forma de verlos antes de llegar a décimo semestre para no tener que pagar
media matrícula adicional por las electivas faltantes; o vea la materia que
escogió (a ciegas) y quédese con la sensación de que podría estar invirtiendo mejor
ese tiempo en algo que realmente le aporte (salvo que se cambie de opinión
sobre la clase a lo largo del semestre, en cuyo caso, empiece a agradecer el
cambio en el reglamento).
Para explicar la razón
de ser de las modificaciones al reglamento, la Facultad organizó una reunión a
finales del año pasado con todos los estudiantes. Tras la exposición sobre el
nuevo reglamento, realizada por la Directora de Carrera, llegó el turno del
público para preguntar por qué los créditos que no se inscribían durante las
citas se iban a perder. Según Aura Ximena Osorio, los programas de las materias
son muy extensos (cierto) y el tiempo durante el semestre es poco (cierto
también), por lo que los profesores se ven obligados a correr (una vez más,
cierto), y el hecho de que los estudiantes inscriban la clase una o dos semanas
tarde haría que el profesor tuviera que retrasar el inicio de su cátedra
durante ese tiempo (afirmación muy discutible). Por el contrario, la
experiencia demuestra que los profesores no esperan a tener quórum completo
para iniciar el semestre. De hecho son pocos
los profesores que respetan la máxima javeriana que reza “la primera clase no
se dicta y la última no se recibe”.
Por ese mismo apremio
que describía la Directora de Carrera, a los profesores poco les importa si
faltan unos cuantos estudiantes durante
las primeras semanas. Estoy seguro que en todos los cursos existe un personaje
que regresa de sus vacaciones el primer viernes del semestre, tomándose así la
primera semana ¿Acaso el profesor espera a que él/ella regrese para comenzar?
Todos hemos visto a este personaje pidiendo cuadernos ajenos para poder adelantarse,
por lo que la respuesta evidente es que no, el profesor no lo esperó. Entonces,
¿cuál es la diferencia entre el estudiante que inscribe la materia en la cita
pero llega tarde de un paseo y el que la inscribe una semana después? El
problema, en ambos casos, será para el estudiante, pues le tocará buscar cómo
adelantarse, pero la clase siguió y al profesor poco le importó (quizás ni
notó) la ausencia.
Puede que parezca mezquino
criticar la medida en términos de plata, pero es inevitable hacerlo. El valor
del crédito en 2013 (5% del precio de la matrícula) está en $402.950 pesos.
Esto significa que, de retirar, por ejemplo, una electiva de dos créditos, $805.900
pesos se fueron a la caneca. Estamos hablando de cientos de miles de pesos que
fueron pagados por un estudiante, pero que, por una decisión administrativa que
no está claramente justificada, él no los puede aprovechar y se terminan
perdiendo. Dudo que haya alguien que quede tranquilo tras botar a la basura más
de medio millón de pesos.
En conclusión, nadie
está en contra de que la Facultad adopte medidas tendientes a su mejoramiento
operativo y administrativo. De hecho, salvo contadas excepciones, las
modificaciones que se introdujeron al reglamento están bien sustentadas y están
diseñadas para beneficio de los estudiantes. Sin embargo, el no poder inscribir
materias una vez iniciado el semestre es un cambio que, en nuestra respetuosa
opinión, no tiene sentido y no tendrá un efecto positiva dentro de la Facultad.
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