miércoles, 29 de agosto de 2012

Entrevista a Luis Carlos Galán



Por: César Ramírez - VI semestre

Con motivo de los 23 años del asesinato de Luis Carlos Galán, abogado javeriano, me propuse realizar una recopilación de varias entrevistas. Entre dichas entrevistas, pude obtener la que le realizó Fernando González Pacheco, como también la realizada por Alexandra Uribe Pachón. El resultado de este arduo proceso es la siguiente entrevista simulada a Luis Carlos Galán.

César Ramírez: Doctor Luis Carlos Galán, muchas gracias por su tiempo y por concedernos esta entrevista.

Luis Carlos Galán: Gracias a ustedes por la invitación.

C.R.: ¿Cuál cree usted que es el mensaje más importante que le ha dejado al país?

L.C.G.: Al país le enseñé que las transformaciones no se dan de la noche a la mañana, y que para lograr cambios en la conciencia y en la forma de ver y entender el mundo, debemos ser pacientes.  No podemos concebir los cambios nacionales, sin entender, que se derivan de procesos individuales y sociales.

C.R.: ¿Fue difícil elegir su profesión, la de abogado?

L.C.G.: Ha sido una de las decisiones más importantes y difíciles de mi vida.  Esta decisión la tomé relativamente pronto, antes de terminar el bachillerato. Estaba convencido de que esto determinaría las cosas más importantes de mi vida. 

C.R.: ¿Si usted no se hubiera decidido estudiar derecho, que hubiera estudiado?

L.C.G.: La duda la tuve entre ser abogado para ser político, o ser médico para ser político.

C.R.: ¿Qué lo motivo a ser abogado para ser político?

L.C.G.: Porque considero que es una profesión que está más directamente ligada a la organización social y conlleva inmensa incidencia social. El derecho  tiene por oficio la interpretación de los procesos  sociales, de la organización institucional. Su intervención es más profunda y eficaz.

C.R.: ¿Cuál es la experiencia política que lo marcó en su vida?

L.C.G: En unas manifestaciones en Landaruzi, Santander, dos campesinos se me acercaron. Uno de ellos me hizo la siguiente afirmación: “Para los de la guerrilla somos delatores del ejercito; para las fuerzas armadas somos delatores de la guerrilla y ambos nos maltratan”. Dicho planteamiento fue muy impactante y me hizo caer en cuenta de la encrucijada que viven miles de colombianos y la situación compleja en la que se encuentran. En esa misma reunión, otro campesino me dijo: “Yo antes que liberal soy colombiano, pero antes que colombiano, soy un ser humano”. Ese campesino le puso sentido a lo que es la política. Estamos al servicio del ser humano y eso es más profundo que un país o un partido político.

C.R.: Cuéntenos de la influencia que tuvo la Universidad Javeriana en su vida.

L.C.G.: La Universidad Javeriana tiene mucha influencia conservadora, o tenía, en mi época. Eso me sirvió muchísimo. Yo entré en confrontación civilizada con mis condiscípulos y así fue toda la carrera. A todos nos sirvió para moderar el sectarismo derivado de los 60 y 70. Por la Javeriana han pasado muchos liberales. En la Javeriana hay espacio para muchas formas de pensamiento e ideologías.

C.R.: ¿Por qué eligió la Javeriana?

L.C.G.: En primer lugar, me había presentado también en el Externado, y logré pasar en ambos exámenes, muy bien en el Externado, apenas en la Javeriana.  Había una pregunta en el examen de admisión que demostraba la existencia del alma y yo me había formado en un colegio laico.  Llené como dos páginas de argumentos y me pusieron 0 en filosofía. Había que escribir un silogismo. Eso me hizo sentir desafiado. Mi compañero de pupitre era Rodrigo Lloreda Caicedo. Nos enfrentamos sobre América latina y Estados Unidos, y eso formo una sana competencia.

C.R.: ¿Cómo es el espíritu javeriano?

L.C.G.: Yo creo que hay ciertos valores propios de la javeriana. Es una universidad de clases medias con muchas representaciones de las distintas regiones del país. De las pocas donde hay estudiantes de todas las regiones y eso es una virtud enorme.

C.R.: ¿Cree que el país tiene con qué salir adelante?

L.C.G.: Siempre lo creí así, y estoy convencido de que lo logrará. En medio de la tormenta el país va a salir adelante. Por una vía muy dolorosa, se transformara la conciencia de los colombianos.

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