miércoles, 29 de agosto de 2012

El éxito de Protagonistas


El encanto que ha dejado la edición 2012 de la producción, aparentemente, más exitosa del país, debe responder a ciertas razones y debemos estudiarlas para salir de la duda de una buena vez.
Por: Sebastián Luque Charry
¿Quién de nosotros no se ha deslizado, como quien no quiere la cosa, a tocar el tema del ahora programa con más alto rating en Colombia? Con timidez, se comienza con algún comentario, y luego de un par de risas, habremos de percatarnos que todos los presentes saben del tema. Todos conocemos aquel sujeto que afirma que lo habrá visto una vez y que, al encontrar grotesca la experiencia, decidió no volver a acercarse si quiera al canal. Acto seguido y a forma de compensación, explayará incisiva crítica sobre la producción, y digo a forma de compensación porque tengo la convicción que esta clase de sujetos deben tener  tremendo póster de Oscar y Elianis sobre la cama y no pierden uno solo de los capítulos.  La pregunta que surge es, ¿qué tiene esta empalagosa pantomima que mantiene a tantos colombianos pegados como idiotas a la pantalla del televisor todas las noches?
Bien, analicemos en detalle la preparación de un show de este género. Debe usted, en primera instancia, disponer de una casa de unos mil metros cuadrados con capacidad para unas veinte personas, organizada y moderna. Una vez el lugar preparado, introduzca en la misma quince personas, ocho mujeres y siete hombres que cumplan las siguientes características; deben ser jóvenes, deben ser lindos, todos, deben tener un mínimo grado de narcisismo y una capacidad de raciocinio similar, preferiblemente baja. Una vez introducidos los sujetos en el lugar, debe usted proceder a la instalación de diversas cámaras alrededor de la casa, en específico, treinta y cinco automáticas y siete manejadas manualmente. Debe asegurarse de colocarlas estratégicamente de tal manera que no pierda usted ni un momento de este preciado enjuague neuronal.  
A continuación, asegúrese que los integrantes estén activos y procure, en la medida de lo posible, que se sientan lo más aprisionados posibles, cree tensión entre ellos y téngalos al borde de la histeria. Una vez se encuentren en este estado, encienda las cámaras, espere unos diez minutos y cuando crea que la situación está por hervir, introduzca a Oscar. Entonces, si ha seguido las instrucciones con atención, su Casa Estudio estará lista.
Protagonistas de Nuestra Tele se encarga de explotar el drama humano más básico, la convivencia social, de la forma más digerible posible, y es ahí, precisamente, donde encuentra su éxito. Es sencillo, y explota el morbo de la pasión exacerbada en un ambiente claustrofóbico de tal forma que obtiene la más básica comedia trágica, de manera absolutamente masticada, evitándole al televidente la necesidad de pensar.  Es perfecto para quien no pretende desgastar la cabeza y sólo quiere sublimar un largo día de trabajo en un encantador lavado cerebral.  
¡Pero bueno! No estamos tan mal. A lo menos cumplimos el objetivo de evitar que la mayor parte de la población colombiana se contagie de la mala influencia que traía el ya pocas veces mencionado Escobar, Patrón del Mal. Por supuesto que sí, indudablemente es mucho mejor sumergirnos en melodramas baratos que tener que lidiar con el mal influjo de una historia fatídica, ¿no?
Pero ya está, tomemos seriedad en el asunto, de igual forma una obra de arte tiene su éxito en la clase de representación que haga de la sociedad. Tal vez la Casa Estudio tiene un trasfondo crítico más profundo de lo que pensamos, es posible que sea una forma de representación que producción hace de algunas instituciones, digamos, qué sé yo, el Honorable Congreso de la República.
Pues bien, si queremos televisión de calidad también debemos esforzarnos en conjunto por exigirla, aunque, por otra parte, podemos sencillamente conformarnos con esto que tenemos. Al fin y al cabo, que Protagonistas de Nuestra Tele sea el programa con más rating en toda Colombia no es lo peor que le está pasando al país en estos momentos. 

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