Foto: César Alejandro Uribe Tovar (CAUT) |
En contra de la medida del “desarme”
Frente a esta medida se han desatado también un sinnúmero de críticas, las cuales vale la pena conocer. En esta ocasión FORO JAVERIANO tuvo la oportunidad de conocer la opinión de un estudiante y de entrevistar a Abel Enrique Jiménez, Presidente de la Asociación Colombiana de Coleccionistas de Armas (ACCA)
Por:
Camilo Triana Delgado
Estudiante
de Ingeniería mecánica de La Universidad de los Andes
La polémica iniciativa del
cuestionado Alcalde de Bogotá Gustavo Petro Urrego de desarmar a la población
civil legalmente tenedora de un arma registrada ante las autoridades nacionales
bajo su tutela, con el fin de disminuir los índices de delincuencia y de
homicidio por arma de fuego en la ciudad, ha desatado un sinfín de comentarios
respecto de su verdadera funcionalidad. Al respecto, me permitiré presentar
varias consideraciones.
Primero que todo, vale aclarar respecto de la
seguridad que es un tema de percepción individual y grupal, en lo individual se
determina según el grado de incertidumbre respecto de la condición de
estabilidad, ataque o defensa en el que se encuentre un individuo frente a
otro. Grupalmente, podría afirmarse que se basa en un sentido de protección
constante derivado de un Estado al cual se confía el uso de la fuerza y las
armas, para protección primaria de su ciudadanía, y que ante la satisfacción de
dicha condición, nos brinda un sentido de plácida seguridad.
Los antónimos de los dos anteriores conceptos son
incluidos todos en un grupo denominado: inseguridad.
Ahora bien,
nos preguntamos ¿Cuál es la relación de las armas dentro del nivel de
percepción de la seguridad ciudadana?
Pues bien, hay una primera relación inferible de
la lógica mecánica de los axiomas de la seguridad: La incertidumbre respecto de
la capacidad de defensa y reacción de un ciudadano del común enfrentado a un
criminal armado, existiendo una restricción clara para el ciudadano común de
portar armas, es igual a cero, ¿Por qué? (siempre hay que preguntarse ¿Por
qué?), pues bien, el ciudadano del común, no es un criminal y ha cumplido con
la ley, incluso registrando un arma de fuego bajo su nombre, bajo su
representación personal adeudando su libertad como castigo de cualquier uso
indebido del arma. Por lo tanto, este ciudadano común, ante dicha ley, evitaría
por lo general el porte de su arma como mecanismo de defensa confiando su vida
y bienes a la seguridad del Estado.
¿Es la fuerza pública Bogotana capaz de combatir
el crimen y proteger a la ciudadanía Bogotana de los homicidios causados por la
criminalidad armada ilegítimamente? ¿Hay suficiente tecnología y/o pie de
fuerza? Estas preguntas deberán respondérselas los lectores mismos.
Otro punto respecto del desarme de armas
legítimamente registradas y compradas, es que estas son el mecanismo más
imponente y eficaz de contrarrestar una intimidación por armas menores, y en el
mejor de los casos, de responder a ataques con otras armas de fuego, por lo que
son el mejor utensilio para ejercer la legítima defensa individual ante un
evento en el que el Estado no pueda estar presente, o contra un Estado mismo
criminal. Para finalizar, dejo aquí una estadística que aunque antigua, única
fuente científica apartada de encuestas periodísticas para reflexionar respecto
de la potencial eficiencia del desarme de armas legales: “Desde al año 2.001 el Ministerio de Defensa viene estudiando la
relación entre armas legales y homicidios. Haciendo una comparación que tiene
como base la ciudad de Bogotá, se llega a la conclusión de que con las armas
legales sólo se comete un 3,8 % de los homicidios. Siendo que las
características del análisis son similares en casi todas las regiones del País,
con pequeñas variaciones, puede afirmarse que en Colombia la inmensa mayoría de
los crímenes son cometidos con armas de fuego ilegales.” (Pag. 23. Fuente:
Ministerio de Defensa. Homicidio y control de armas en Colombia, 2.001. Página
web www.mindfensa.gov.co)
Adicionalmente, tras el
incremento de los operativos de control por parte de las autoridades debido a
la resolución de la decimotercera brigada motivada por el Alcalde Mayor, se
logró un alto número de incautaciones de armas de fuego de las cuales solo el
2% aproximadamente eran legales. Es así como nuevamente dejo formuladas dos
preguntas, ¿No será más bien una cuestión de efectividad de nuestra fuerza
pública? ¿Les estamos dando ventaja a
los criminales?
Entrevista a Abel Enrique Jiménez, Presidente de la
Asociación Colombiana de Coleccionistas de Armas (ACCA)
Por: Santiago García Jaramillo
FORO JAVERIANO: ¿Qué opina Usted de la propuesta del
alcalde Petro de prohibir el porte de armas en Bogotá?
Abel Enrique Jiménez:
El porte de armas en Colombia está prohibido desde el 9 de abril de 1948, el
porte siempre ha sido con permisos, luego prohibir el porte de armas, sólo
prohíbe las legales, las de salvoconducto, pues las otras están prohibidas y
quienes las tengan están incursos en el delito de porte ilegal de armas. Las Naciones Unidas incluso publicaron un
libro en 2007, elogiando el control que se hace en Colombia sobre las armas
legales, y lo pone de ejemplo para muchos países de centro y sur América, este
informe incluso pone de presente que las ciudades con mayor número de
homicidios del país, tienen un número muy reducido de armas legales.
F.J: ¿A quién entonces beneficia esta propuesta?
A.E.J: Esta política del alcalde solo va a desestimular el trabajo, en lugar de perseguir a las bandas de delincuentes se está persiguiendo a quienes legítimamente tienen armas. Hay que proteger a quien da trabajo, personas que tienen panaderías, droguerías, bombas de gasolina, los pequeños talleres de mecánica, que son los que sufren los mayores delitos. Bogotá tiene lugares donde se cometen la mayoría de los delitos, que están totalmente focalizados, estas deben ser las zonas que se deben controlar, además los delitos que allí se cometen se realizan con armas sin permiso. Le puedo asegurar que estos delincuentes no compran revólveres legales para salir a atracar, éstas son armas compradas en el mercado negro, que se consiguen a bajos precios, y que si se pierden las consiguen de nuevo en este mercado. Mientras que quienes tienen las armas legalmente, deben cumplir con una cantidad tal de requisitos a los que por poco hay que sumarle la firma del obispo.
F.J: ¿Cómo es el proceso actual para llegar a portar
un arma?
A.E.J: Cada vez se
piden más documentos para el porte de armas,
esto no es tan sencillo como entrar al éxito y comprar un arma, como lo
han querido hacer ver, un ciudadano tiene que ir por lo menos 8 veces a la
jefatura de control de armas para cumplir con los requisitos para el porte de
armas. Los exámenes llegan a tal extremo que para una persona de edad es
imposible lograr el porte de armas, mientras que en países como en Estados
Unidos, los mayores, los minusválidos, son quienes más requieren armas por su
situación de vulnerabilidad a ser atacados por la delincuencia.
F.J: ¿Resuelve de fondo algún problema entonces esta
medida?
A.E.J: Considero que
se está desprotegiendo a quienes dan trabajo. Aquí hay un problema más
profundo, que es la falta de empleo, la mayoría de personas que cometen delitos
a mano armada, se ven forzados por la situación que se vive, el Estado debería
estar concentrado en fomentar fuentes de empleo, la gente en situaciones de
hambre busca medidas extremas, al punto que la mayoría de legislaciones
contemplan el estado de necesidad en la legislación penal.
F.J: ¿Qué debería entonces considerar la
administración entorno al desarme?
A.E.J: La policía
conoce las zonas de alta delincuencia en las ciudades, en desmantelar estas
bandas es donde debe concentrarse la autoridad pública, el alcalde y la
policía, el delincuente no va buscar un arma con salvoconductos, va buscar un
arma ilegal que pueda desaparecer fácilmente. Mentirosamente se dice que el 10%
de los homicidios son cometidos con armas con salvoconducto, me pregunto: ¿quién
puede dar esas cifras?, son mentirosas y amañadas, pues eso implicaría que
todos los homicidios lleguen hasta al final en sus investigaciones. Más bien
por qué no se preguntan cuantos de los homicidios de Bogotá terminan en
verdaderas capturas de responsables? ¿Cuántos
de los homicidios de Bogotá se logra rastrear o decomisar el arma con que se
cometieron? Cualquier persona que entienda, y con mayor razón si estudia
derecho, puede estar seguro que esa estadística no es cierta. Ahora las armas
que se capturan en las ciudades, no son más del 3% que tienen permiso, el 97%
de las armas decomisadas son ilegales; de ese 3% muchas son decomisadas en
ejercicio de legítima defensa.
F.J: ¿De materializarse esta propuesta qué creería usted
que se obtendría como resultado?
A.E.J: Le aseguro que
los delincuentes no se van a acercar a cumplir con el desarme que propone el
alcalde. La mayoría de delitos de esta ciudad se comenten con armas blancas,
¿se habrá considerado esto? ¿se habrá considerado que hay problemas de fondo,
como que los niños no cuentan con educación adecuada, con formación deportiva
que permitan el esparcimiento y que estos factores son los que generan
violencia?, ahora una última reflexión, si una persona le deja un memorial a la
autoridad, solicitando el porte de armas porque tiene motivos fundados sobre
los riesgos que corre, no se estaría preconstituyendo una prueba para luego
demandar la responsabilidad del Estado, si éste le niega el porte del arma y le
llegase a suceder algo?
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