Culturales - Minimalismo
Barroco
Frente al espejo
Crónica de una visita a la exposición "Yo seré tu espejo" de Ruvén Afanador
Ingresé
a la exposición Yo seré tu espejo de
Ruvén Afanador, y sentí que perdía el tiempo. No sé nada de fotografía. Luego
se convirtió en algo fascinante; en una experiencia que recomendaría a todo
aquel que me pregunte por ella.
¿“Minimalismo
Barroco”? Lo intenté, realmente lo hice, pero no pude comprender lo que aquella
extraña antítesis quería significar. Me resultó tan compleja y pretenciosa, que
aunque en principio rechacé la idea de leer el artículo así titulado por Hector
Abad Faciolince, luego no pude resistirme. Y después de una difícil lectura,
supe que tendría que asistir yo misma a la exposición del fotógrafo colombiano
Ruvén Afanador, Yo seré tu espejo,
para descifrar a través de mis ojos, aquel trabalenguas que Abad describió como
contradictorio, por medio de sus palabras publicadas.
Mi ingreso al MAMBO-
Museo de Arte Moderno de Bogotá, cuyo nombre aclaro por solidaridad con
aquellos de ustedes que no lo sabían- fue aterrador. A lo lejos
pude ver fotos y fotos en blanco y negro, que debido a mis conocimientos nulos en fotografía, me parecían
idénticas entre sí. Me sentí ridícula,
en un lugar completamente equivocado. Sin embargo, al acercarme, el panorama
cambió por completo. Empezaba a camuflarme entre aquellos artistas con atuendos
de colores que parecían apreciar cada obra a la perfección, y pude asumir el
espectáculo. Estaba caminando por la
alfombra roja de los Oscar. Entre Pedro Almodóvar, Quentin Trantino, Oprah Winfrey,
Gabriel García Márquez, Monica Belucci, Hilary Clinton, Diana Ross, , yo era
una invitada más, de aquellos 80 íconos
que encajaban en cada uno de los marcos
negros colgados en la pared. Pero luego de tener esta impresión, supe que nunca antes había visto a estos personajes de
la manera en que Afanador me los presentaba. Su extravagancia, su vanidad,
habían quedado encerradas en las casas hollywoodenses de sus propietarios. Ante
mis ojos se encontraban seres humanos desprendidos de sus ambiciones profesionales
y de su prestigio. Su levedad, su naturalidad, me resultó impactante. Cada
imagen me daba la sensación de encontrarme en el ámbito de lo esencial, del rechazo a los
excesos. Cada escena representaba una situación difícil de comprender, siempre cargada
de dramatismo. Y este efecto me hizo
entender que la intimidad cobró con la
exposición, un sentido renovado..
Es evidente que la situación
fue paradójica: el reconocimiento se hacía evidente, pero también resaltaba la pureza,
la simplicidad. La exhibición se convertía en la narración de las fragilidades y emociones de
cada personaje, logrando un escenario lleno de reconocidos extraños, cuya
extrañeza recae en lo vulnerables que por primera vez se presentaron ante
aquellos quienes los observábamos con
cautela. Y lo mismo sucedía en el campo técnico. A primera vista, la nitidez visual permitía inferir que no
hubo mayor esfuerzo en las tomas presentadas por el fotógrafo. Sin embargo,
los muchos grises, los contrastes, los
detalles de las facciones y vestuarios, son evidencia de la perfección técnica
de afanador, que impregnó a cada obra de
un color único.
Quizá lo más
interesante de la exposición Yo seré tu
espejo de Ruvén Afanador es que la cámara,
pese a sus ruidos y luces, deja de ser, según lo demuestra cada
obra, más que un objeto de reflexión del cuerpo que está ante
ella. Cada imagen rompe con la rutina y plantea una realidad irreal- por más redundante que suene- que
permite acercarse a la intimidad de los modelos de Afanador, de una manera
sublime. La humanidad de cada uno sale a
flote, resaltando que el reto para quién es fotografiado, es romper con la idea
que tenemos los “mortales” sobre él, para darle sentido al drama que le
exige cumplir su fotógrafo.
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