Entre
las mil y una noches y una cátedra de derecho privado
Del derecho de Alí Babá sobre los
tesoros encontrados, el iusnaturalismo, la justicia y la mujer
¡Amigo:
no te fíes de la mujer; ríete de sus promesas!
¡Su
buen o mal humor depende de sus caprichos!
¡Prodigan amor falso cuando la
perfidia-las llena y
forma como la trama de sus vestidos!
Poeta Persa
Las Mil y una noches
Por: Carlos Esteban Barrera Silva
¿Es Alí Babá dueño del
tesoro de los cuarenta ladrones? La
jurisprudencia persa nos dice que por Alah y por el destino, el joven Alí Babá
es dueño justo del tesoro:
“Desde entonces vivieron con tranquilidad, usando con moderación y
prudencia las riquezas que les había otorgado el Generoso, que es el
único grande. Así es como Alí Babá, el leñador propietario de tres asnos por
toda fortuna, llegó a ser, gracias a su destino, el hombre más rico y respetado
de su ciudad natal. ¡Gracias a Aquel que da sin medida a los humildes de la
tierra! He aquí, ¡oh rey afortunado! -continuó diciendo Schahrazada-; lo que sé
de la historia de Alí Babá y los cuarenta ladrones, pero ¡más sabio es Alah!”
Otra cosa parece
señalar el doctor Carlos Darío Barrera en Las
desventuras de Pedro Pérez y Juan Gómez. Desconociendo el poder del
iusnaturalismo persa, el jurisconsulto afirma:”Alí Babá no fue más que “un
ladrón que roba a ladrón” y en consecuencia, aun cuando tenga derecho a cien
años de perdón, no puede considerarse
dueño de los tesoros que sacó de la cueva de los ladrones”.
La sentencia en contra
de Alí Babá se complementa señalando que no tiene “título” pues no obtuvo el
tesoro por medio de una venta, donación
o permuta; tampoco ”modo” pues no se hizo ningún acto solemne de entrega, todo
lo contrario, lo ha robado vilmente;
ni hubo “tradición” del derecho
de dominio, pues, como me explican los entendidos, no hubo ánimo por parte del
Jefe de los Ladrones para el traspaso del bien, que, en este caso, son los
tesoros.
También ignora la
esposa del Rey Schahzaman, que los tesoros de los ladrones no son tales dado
que, continúa el Doctor Barrera, “tampoco pueden ser consideradas como un
tesoro porque no se había perdido la memoria de quién era su dueño”. Por todas
estas razones, no habría podido prosperar una acción reivindicatoria por parte
del jefe de los ladrones pues al igual que Alí Babá no era legítimo dueño de
los tesoros, ni habría prosperado un interdicto posesorio pues no cumple el
Artículo 974 del Código Civil según el cual “ No podrá intentar una acción
posesoria sino el que ha estado en posesión tranquila y no interrumpida un año
completo”.
Concluimos pues, que Schahrazada corrompe no solamente
por sostener y manifestar abiertamente una doctrina llena de aberraciones
sexuales contraria a las buenas y sanas costumbres como bien señalaban la Santa
Inquisición y el Procurador Ordoñez, sino también y tal vez más preocupante,
por tener un conocimiento relajado de principios jurídicos como lo hemos
expuesto anteriormente.
No obstante, al revisar
detenidamente el cuento de las Mil y una Noches, encontramos que en contra del
anterior dictamen, Alí Babá puede ser justo dueño del tesoro. En primer lugar,
sí es posible afirmar que se tiene “título” pues obtuvo el tesoro como “donación” del
“Generoso Alah”; en segundo lugar, Alah ha hecho un acto formal de entrega al
propiciar los eventos que desencadenaron en el “ábrete sésamo” por lo que hay
“modo” y, finalmente, hay “tradición” pues, sin el ánimo de Alah, no se habría podido donar el tesoro. ¡Cuántos
estudiantes habrán perdido el examen oral o el preparatorio por desconocimiento
de las Mil y una Noches!
Me dirán que Alá no es
una entidad jurídica y que, hasta no demostrar y probar su existencia el
argumento anterior no es válido. De ser así, quien lo sostenga, también tendrá
que conceder el derecho al aborto y al matrimonio homosexual entre otros, pues
Dios es fundamento y ficción último, a mi parecer, de todo orden natural.
Los griegos
simbolizaban sabiamente a la justicia con Palas Atenea, entendían que la
sentencia de la justicia variaba como el ánimo voluble de una mujer, por eso
podríamos reformular el verso del Poeta de la siguiente manera:
¡Amigo: no te fíes del
derecho; ríete de sus sentencias!
¡Su buen o mal juicio
depende de sus caprichos!
¡Prodigan justicia
falsa cuando la perfidia lo llena y
forma como la trama de
sus vestidos (y corbatas)!
No hay comentarios:
Publicar un comentario