martes, 17 de noviembre de 2015

La adopción más allá de las parejas del mismo sexo




¿Qué está pasando con la adopción en Colombia?


El reciente fallo de la Corte Constitucional ha dado de que hablar en las últimas semanas. Sin embargo, hace falta aterrizar el tema de la adopción en nuestro país en donde el panorama no es favorable.

Por: Rodrigo Salas Pretelt

El pasado cuatro de noviembre de 2015 la Corte Constitucional falló una sentencia en la que permite a las parejas del mismo sexo adoptar en nuestro país. Es un pronunciamiento que obedece a unas circunstancias y a un contexto específico en el cual las parejas homosexuales están, poco a poco, adquiriendo los mismos derechos de una pareja tradicional. Además era una decisión inevitable en un escenario en el cual varios países en el mundo están cediendo respecto de la visión y concepción de la familia. Sin embargo, más allá de las posturas que puedan salir al respecto, en donde han quedado en evidencia cualquier tipo de posiciones, lo verdaderamente cierto es que la adopción en el país no está pasando por un buen momento.

En Colombia la adopción no es un proceso realmente efectivo y en los últimos años ha disminuido sustancialmente. En 2010 los niños adoptados en nuestro país fueron 3.058, mientras que en 2011 se redujo a 2.713. Luego, en 2012 fueron 1.465, en 2013 1.125 y en 2014 tan solo 1.148 menores de edad. La adopción cada día se reduce más.

Algunos expertos consideran que esa notable reducción tiene una explicación: entre otros factores, en el año 2011 la Corte Constitucional, en la Sentencia T-844, determinó que el Estado debe realizar una investigación exhaustiva de la familia extensa de los menores antes de adelantar procedimientos de adopción. Por eso el ICBF está en la obligación de buscar a la familia del niño hasta el sexto grado de consanguinidad, para que lo puedan cuidar. Esa sentencia tenía la intención de proteger a los niños y evitar que queden en manos de familias adoptivas que no les garanticen una vida digna. Pero terminó siendo contraproducente. Por eso hoy en día no se entregan en adopción menores de edad, porque en algunos casos el Estado los ubica con familiares lejanos, con quienes la relación puede ser la misma que con cualquier desconocido.

Esto genera un gran problema en donde la discusión debe cambiar de perspectiva – más allá de la igualdad para las parejas del mismo sexo - y enfocarse en determinar qué es mejor para el niño, puesto que no cabe duda que crecer en una institución no es un escenario ideal. En este momento hay más de 3000 padres en listas de espera para adopción, pero debido a la cantidad de procedimientos que hay que agotar, un proceso de adopción puede tardar años.

Además, actualmente el número de niños que están en el sistema de protección del país asciende a más de ochenta mil, y de acuerdo con cifras del ICBF en 2014 5.283 de esos niños son mayores de ocho años abandonados por su padres, que padecen cáncer, síndrome de Down, enfermedades renales, sida o tienen más de dos hermanos. Esas difíciles condiciones los convierten en menores con características especiales, que se traduce en una sentencia de orfandad.

Por eso es que los colombianos en vez de alegrarnos por la sentencia de la Corte Constitucional, que obedece a un contexto social en el que tenía que fallar de determinada manera, deberíamos preocuparnos por la realidad de la adopción en Colombia. El Estado debe ejecutar la adopción como un asunto de política pública eficiente con un procedimiento realmente efectivo que proteja los derechos de los niños que buscan su hogar.

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