Fiesta de la Facultad
¿Es
de los que espera todo el semestre a que sea la fiesta de la facultad? ¿Ha
hecho alguna vez el oso en la fiesta? ¿Ha sobrevivido a las eternas clases de
siete de los profesores que les gusta ver sufrir a los estudiantes? Preste
mucha atención al siguiente artículo.
Llega la mitad del semestre y
con ella un evento que los estudiantes de derecho esperan desde el primer día
(no señor, no es el natalicio del padre Giraldo): Se trata de la tradicional
fiesta de la facultad. Cada seis meses, las mujeres hacen plan para comprar un
vestido que resalte el corpus y
despierte en ellos el animus,
mientras que la población masculina dedica largas jornadas a debatir sobre sus
posibles objetivos. Durante toda esa semana –especialmente el jueves- la
facultad se paraliza, y todos nos tenemos que aguantar a los de décimo quienes,
como loros, sólo pueden pronunciar la frase: “Por favor, cómprame la boleta a
mí”.
Aún así, no todo es perfecto.
Aunque la fiesta se presta para una noche inolvidable, también se presta para osos
inmemorables. Para que esto no le ocurra, y sólo tenga un buen recuerdo de la
fiesta - si es que tendrá recuerdo alguno-, no se pierda los siguientes tips que FORO JAVERIANO le facilitará, y que podrán serle sumamente útiles:
·
Si bien los osos en la fiesta de la facultad son
incómodos, no se comparan a aquellos que ocurren antes. Recuerde que el jueves
a las 11 de la mañana todos siguen sobrios, y no olvidarán tan fácilmente lo
que pase en ese momento. Por eso, le recomendamos no vender su dignidad por una
boleta si no quiere ser reconocido como el que cayó en las garras de los
estudiantes de décimo, quienes harán lo posible para ponerlo a bailar champeta
en frente de todo el Giraldo. Pague los $25.000 y ya.
·
Es verdad que la euforia se apodera de todos
nosotros, sobre todo antes de la fiesta. Pero no se emocione, tantos brindis
con sus amigos pueden generar que a duras penas llegue a la puerta de la van.
Recuerde que tiene toda una noche por delante.
·
Si siguió nuestro consejo anterior y llegó a Andrés
en sus cinco sentidos, felicitaciones. Si lo siguió a medias, y llegó apenas
con cuatro de ellos, tenga cuidado: Si ve algún profesor, ni se le acerque. Puede
cometer el craso error de tirársele encima para darle un abrazo como si fuera
su amigo de toda la vida.
·
Por favor, se lo suplicamos, no haga chistes
jurídicos durante la fiesta. Ni se le ocurra romper el hielo con “yo tan de
oficio y tu tan petición de parte” o algo de ese estilo; tenga por seguro que
la va a espantar.
·
Tampoco le ruegue a nadie. No trate como magistrado al que lo trata como
juez promiscuo municipal (y aprenda de nosotros, que nos estamos ahorrando el
chiste de “promiscuo”).
·
Evite las peleas a toda costa. Sí, sabemos que
le tiene bronca a ese que se hizo con usted en el grupo y el día de la exposición
no llevó la USB, o a ese que tiene la bonita costumbre de hacerle preguntas al
profesor a las 12:59:59 p.m., pero evítese el mal rato o la retirada del
establecimiento.
·
Niñas: Eso de “todos los hombres son iguales” déjenselo
a la constitución. Dense la oportunidad de elegir. Inclusive, puede que el
profesor asistente de una clase las invita a bailar. Tengan en cuenta que en el
89% de los casos ellos hacen los quices, y en el 99% los corrigen. Así que no
sean tímidas, denle una oportunidad, y verán cómo sus notas en esa materia van
a mejorar sustancialmente.
Si tiene eso claro, y logra
seguir nuestros consejos, todavía no se confíe. Lo que haga al otro día puede
ser aún más importante:
·
Esto es muy importante: Desayune con sus amigos
al otro día. Puede que usted crea que se portó muy bien, pero sus amigos son
los mejores para desvirtuar esa presunción. Ellos pueden guiarlo sobre sus
andanzas la noche anterior.
·
Y si el desayuno es en la cafetería del Giraldo
después de clase de 7 a.m. por favor, no lleve gafas de sol. Por más de que se
esté muriendo, no haga ese oso.
·
Primíparos: Si fueron tan afortunados de
levantarse a esa veterana de décimo que los tenía locos, por favor, POR FAVOR,
no la saluden de beso el lunes en la cafetería. (No, tampoco vale saludarla por
Facebook).
·
Por último, si nada de lo que le dijimos
anteriormente le sirvió y usted prefirió quedarse con la culpa que con las
ganas, o estuvo toda la noche con alguna ingeniera no muy agraciada, niéguelo,
simplemente niéguelo todo. Recuerde que todo el mundo se presume inocente hasta
que se demuestre lo contrario; y ruegue por que no haya ningún testigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario