Lo que no sabía de esta empresa
Los taxistas son altamente criticados por su mal servicio y
atención al cliente, sin embargo la novedosa plataforma estadounidense
también enfrenta críticas y falencias a nivel internacional, que deben ser
tenidas en cuenta
Por: Jaime Hernández Palacios
El
transporte en Colombia es un servicio público, y por ende es una actividad
regulada. En la actualidad debido al auge de las plataformas que funcionan como
modelos de economías de dos puntas, que se encargan de acercar a proveedores y
consumidores en el mercado, la noción tradicional del servicio de transporte
está viéndose corta con los avances tecnológicos que se están viviendo.
La
atención está en la empresa internacional de redes de transporte basada en San
Francisco, Uber, que se ha visto en una cruzada por afianzarse y seguir
creciendo, no sólo en Colombia, sino en todo el mundo. Esta lucha ha
involucrado protestas de taxistas, batallas contra los reguladores a nivel
mundial, e inclusive grandes litigios.
Estas
nuevas compañías y sus plataformas no son ni empresas de transporte, ni
restaurantes, ni tiendas de enseres, ni mucho menos compañías de taxi. Caeríamos
en el absurdo al pedirle a Domicilios.com que cumpla con temas regulatorios de
sanidad, tal y como lo deben hacer los verdaderos restaurantes, y aún más si se
le pidiese a Tappsi que se constituya como una empresas de servicios de
transporte, y por ende cumplan con toda la regulación pertinente.
Uber
está presente en los 5 continentes, en 60 países del mundo, y su operación en
todos lados ha generado coyuntura. Entre los hechos más relevantes que se han
dado en torno a Uber a nivel mundial están: protestas y paros de taxistas en
varios países; su prohibición de funcionamiento en Madrid; haber sido declarado
como ilegal en Alemania; y ser declarado como un competidor desleal por una
corte de Milán, prohibiendo su servicio de UberPOP.
Sin
embargo, el escándalo más fuerte con el que está lidiando Uber, hoy en día, es
la presunta violación de una mujer de Nueva Delhi por parte del conductor Shiv
Kumar Yadav. A raíz del proceso penal que se lleva en contra del conductor, las
autoridades de India prohibieron la operación de Uber en su capital. Pero más
allá de esto, la afectada posiblemente instaure una demanda contra Uber en
EEUU, por negligencia.
Pero
esto no es lo único capaz de manchar la reputación de Uber, que aparentemente
ofrece a los clientes un mejor servicio que los taxis. El 24 de enero de 2014
la empresa ofreció una disculpa pública por encomendar a sus trabajadores en
Nueva York ordenar viajes de competidores únicamente para luego cancelarlos, con
el fin de gastar el tiempo de los conductores para impedir a los usuarios
obtener el servicio. Un caso similar contra Lyft, competidor directo, se dio en
agosto de 2014, sin embargo a la fecha, Uber no ha pedido disculpas por el
incidente. Además se dice que Uber se ha encargado de revelar información
comprometedora de periodistas y personalidades que abiertamente han criticado y
estado en contra de los servicios de la compañía de California.
De
tal modo, los taxistas no son los únicos que pueden deteriorar a los clientes
de los servicios de transporte, a pesar de que en Colombia no hayan ocurrido
incidentes como los descritos anteriormente. No obstante, es indiscutible que
el comportamiento de este gremio es nocivo y afecta demasiado a la sociedad,
tomando en cuenta temas como el escuadrón anti-Uber.
Así
que sigue abierta y se le añaden nuevos factores a la discusión de si las
nuevas tecnologías deben ser reguladas o no. El proyecto de Ley presentado por
el Gobierno está tomando fuerza en el Congreso y se quiere enfocar,
principalmente, en que estos nuevos servicios de transporte tengan todos una
central de control, lleven indicadores y estadísticas de su operación, como
control de calidad del servicio, mantengan registro de sus usuarios, y los
conductores tengan una experiencia mínima de 5 años para trabajar en servicios
de lujo.
Ante
una eventual regulación, quedan abiertos temas como la protección al
consumidor, la seguridad del pasajero, y la cobertura de seguros a raíz de los
riesgos que pueda afrontar el cliente en su viaje. Pero la verdadera tarea del
Legislador y del Estado está en permitir que siga habiendo desarrollo de
contenidos y plataformas en el mundo del comercio, utilizando las leyes como
una herramienta que facilite esto, y no como una barrera, como ha ocurrido con
otras industrias, que corte el flujo del comercio.
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