“Pierrot, le Fou” o la demencia por la satisfacción"

De KINO: un espectador activo 

“Pierrot, le Fou” o la demencia por la satisfacción"

La cinta de Jean-Luc Godard “Pierrot, le Fou” pertenece al periodo conocido como Nouvelle Vague (nueva ola francesa) y es desde su estreno el 5 de noviembre de 1965 un referente cinematográfico que es fundamental ver. 

Paz Cardona 

Pierrot le Fou nos presenta la historia de un recién desempleado Ferdinand Griffon (Jean-Paul Belmondo), quien aburrido con su vida actual decide escaparse con Marianne Renoir (Anna Karina) una chica que había sido su amante y gracias a las casualidades, fue a cuidar a sus hijos una noche en que Ferdinand es obligado por su adinerada esposa a ir a una reunión en la casa del padre. Ferdinand se va temprano de la sofisticada reunión y acompaña a Marianne a su casa donde pasan la noche. Pierrot (la forma en que Marianne lo llama) descubre esa noche que la chica es traficante de armas y que unos terroristas la persiguen, por lo que deciden escapar de sus vidas e irse al mar Mediterráneo. 

Los personajes se enfrentan a lo largo de su travesía con varias situaciones, conflictos y sus propias personalidades; factores que les dará más y más problemas y que los llevará a un, cada vez más inevitable, final.  

Gracias al estilo que caracteriza a Jean-Luc Godard, la cinta nos ofrece una inmensa variedad de nuevas formas para ver la misma película, ya sea desde el uso del color, efectos visuales alocados o la extravagante historia de amor, quiero proponer otra forma de apreciarla. 

Vale la pena aclarar que “Pierrot, le Fou” no es una película para un espectador pasivo, ya que es fundamental que el espectador tome un rol consiente y conecte por su cuenta todas las fuentes que lo acompañen. Se podría decir que entre más referentes tenga el espectador, más complejo y profundo se va a mostrar el film. Es de esas películas que siempre que se vuelve a ver, se encuentra un detalle nuevo que se presta para que el espectador le de vueltas, lo desbarate y lo ensamble de nuevo de mil formas diferentes.  

Todo comienza con Ferdinand que tiene una obsesión por salir de lo establecido y satisfacer su afán existencial. De esta manera, el Film empieza con un Ferdinand que está leyendo sobre pintores en la bañera y que no quiere ir a una reunión, algo casual, pero en cuanto se vuelve a encontrar con Marianne ve la oportunidad de divertirse y escapar de su realidad. Se va con ella a pasar la noche con el coche robado de su suegro, para volverse cómplice de un asesinato al día siguiente. Todo lo anterior mencionado transcurre en menos de 15 minutos de película. En esta línea de eventos es claro que cada vez se va a enfrentar a situaciones más extremas, aunque ponga en riesgo su vida, con el fin de saciar y resolver todos los cuestionamientos que le rodean. Sin embargo, Pierrot no busca la violencia y la pura diversión sino la vida anárquica, la vida en busca de un sentido con una siempre presente autorreflexión incesante. La película tiene espacios enteros en que escuchamos el flujo de conciencia de las reflexiones de Pierrot quien, al estar envuelto de manera constante en pensar la razón de su vida, se encierra en la locura. De ahí el nombre de la película, “Pierrot” refiriéndose a “Payaso triste” y “le Fou” que significa “el Loco”. Marianne insiste en llamarlo así, ya que Marianne es en contraparte la cara que no es Ferdinand. Una chica caprichosa que odia estar aburrida y solo busca divertirse a costa de los demás, quien está con Ferdinand solo mientras él la entretenga. 

Para concluir quiero relacionar que “Pierrot, le Fou” puede ser perfectamente una burla de la forma tradicional de hacer cine tipo Hollywood, donde es común ver películas que están pensadas con el fin único de satisfacer masivamente una audiencia caprichosa y demente que se rige por el placer instantáneo antes que entender que el cine es un lenguaje que permite comunicar de muchas maneras diferentes, cualquier variedad de temas. Una locura que desdibuja a los dementes que: cuestionan lo establecido, buscan saciar su existencia a través del cuestionamiento constante y tratan de encontrar la razón de la vida que (tal vez) es imposible de resolver.  

La presente es una invitación formal al lector a ver esta película que lo sacará de la comodidad de su asiento y lo hará vivir una experiencia que sin dudas es el contrapunto del cine tradicional.