martes, 7 de mayo de 2013

“Ésta es una experiencia que le cambia la vida”


Daniel Orduz, Miguel Torres y Nicolás Esguerra, que representarán a la facultad en el Ginebra, Suiza, hablaron con FORO JAVERIANO y narraron cómo ha sido la experiencia, tanto a nivel personal como académico, e hicieron una invitación para que más gente se vincule al proyecto



Estos tres estudiantes llevan preparándose más de un año para representar a la Universidad Javeriana en la onceava edición del ELSA Moot Court, concurso de derecho internacional basado en un caso de la Organización Mundial del Comercio. Su objetivo: superar el sexto puesto alcanzado por la facultad en la ronda final del 2010.

La preparación comenzó en el primer semestre de 2012 con la inscripción de la electiva “OMC 1”,  en la que estudiaron las nociones básicas sobre el derecho de la OMC y definieron el grupo que iba a representar a la facultad en las rondas regionales latinoamericanas del concurso, que se desarrollaron en Costa Rica entre el 11 y el 16 de marzo del 2013. Durante el segundo semestre del 2012, al inscribir la materia “OMC 2”, se dedicaron a estudiar el caso sobre el que giraría el concurso, que en esta edición era de comercio de servicios financieros y de subsidios.

En las rondas regionales tuvieron que enfrentarse a las universidades de los Andes, de Sao Pablo, del Rosario y, en la semifinal, a la de Guatemala. Su desempeño en las audiencias orales (que representaba el 70% de la calificación final), en las que tuvieron que defender las dos posiciones que planteaba el caso, sumado al memorial que enviaron al comienzo del proceso, los hizo merecedores del segundo puesto y les dio un cupo en la ronda final, que tendrá lugar en Ginebra, Suiza, y en la que participarán las mejores facultades de derecho del mundo. De las cuatro universidades latinoamericanas que lograron clasificar, tres están ubicadas en Bogotá, lo que, en palabras de Nicolás, habla del “compromiso de las universidades bogotanas a la hora de sacar profesionales dignos de ser abogados colombianos”.

Sin embargo, lo que más llama la atención al hablar con ellos es la manera como describen lo que esta experiencia ha significado en sus vidas. Sus hábitos de trabajo y su disciplina cambiaron a partir de las exigencias, tanto de fondo como de forma, que les impuso el concurso. Les tocó acostumbrarse a escribir en inglés (idioma oficial del concurso) y a exponer sus argumentos con pasión, pues, como nos contó Daniel, la presentación “es prácticamente actuación aplicando el derecho”. Aprendieron también a valorar el trabajo en equipo, dado que, según ellos, el grupo es tan débil como lo sean sus miembros. Además del compromiso y de los aportes, el apoyo entre los participantes es esencial para mantener la cohesión al interior del grupo y para no permitir que los momentos de frustración, de estrés o impotencia (que no son pocos a lo largo del proceso) los debilite.

Participar en estos concursos permite crear vínculos con otras personas y sirve para dejar el nombre la Javeriana y de sus representantes en alto. Por su rendimiento en las rondas regionales, fueron felicitados entrenadores de otras universidades, entre esos el de Harvard, quienes habían quedado impresionados con el nivel demostrado por unos estudiantes cuya lengua materna no era el inglés. Además, Nicolás fue distinguido como el mejor orador de las rondas preliminares y de la ronda final,  por lo que fue premiado con un curso en Hong Kong sobre propiedad intelectual y uno en Berna sobre comercio internacional.

Para Nicolás, este tipo de actividades son el non plus ultra, el valor agregado de un abogado. La facultad entrega unos conocimientos básicos, y es tarea de los estudiantes el tratar de ir más allá en la formación como abogados. Lo que han aprendido, tanto en cultura general como en conocimientos sobre comercio exterior, son elementos sumamente útiles para un estudiante de derecho, y prueba de ello es que quienes han participado en el concurso tienen hoy éxito en su vida profesional. Además, en el curso de pregrado que trata este tema (“derecho internacional privado”) se dictan las nociones generales, por lo que, para quienes estén interesados en profundizar, ésta es una excelente opción, que, desafortunadamente, carece de la publicidad que debería tener. “Es una oportunidad que le va a cambiar la vida”, y de la que surgen relaciones muy valiosas, al punto que ellos hablan de la “familia OMC” para referirse al grupo que ellos tres y sus dos entrenadores, Juan Pablo Caicedo y Alberto Madero, han creado. Su idea es que en este grupo participen cada vez más estudiantes para que aprovechen y tengan esta vivencia, que, como expresó Miguel, “fuera de lo que uno aprende de derecho, lo que realmente representa el concurso es una experiencia de vida en todo sentido, que lo forma a uno como persona y que le enseña a interrelacionarse con otras personas”.

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